Nueve cárceles en tres meses: el infierno de un dominicano detenido por el ICE

Nueve cárceles en tres meses: el infierno de un dominicano detenido por el ICE

”Pensé que nunca iba a salir de allí; estaba viviendo una pesadilla, amarrado y viendo cómo otros intentaban quitarse la vida.”

Samaná, República Dominicana. —La historia de José Miguel Cepeda Martínez, un dominicano de 31 años, refleja con crudeza lo que significa caer bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE).

Llegó a Puerto Rico en 2001 en una yola, buscando un mejor futuro. Durante cuatro años trabajó en el sector construcción, especialmente en remodelación, y logró cierta integración: obtuvo una licencia de conducir gracias a un plan del gobierno local y manejaba cuentas bancarias que le daban cierta estabilidad.

Todo cambió el día en que fue arrestado por ser indocumentado. Aunque firmó la deportación voluntaria inmediatamente después de su detención, su proceso se convirtió en un calvario: pasó tres meses y siete días bajo custodia, trasladado a nueve centros de detención diferentes, antes de ser finalmente deportado a la República Dominicana.

“Uno se siente como una basura, fue una experiencia muy dolorosa”, recordó en entrevista para Te Lo Explico News. “No tenía antecedentes ni en Puerto Rico ni en RD, pero me trataron como un delincuente», explicó.

José Miguel asegura que los abusos eran frecuentes. “Ahí tú no puedes hablar ni reírte mucho; cuando ibas al baño te jalaban y todo el mundo te veía.”

En uno de los recintos, conocido como “Alcatraz”, denunció que los agentes ocultaban sus identidades: “Ellos cargaban sus identificaciones volteadas para que uno no viera los nombres. Esa gente son de la calle, no han hecho ningún tipo de curso.”

Las condiciones de custodia también fueron humillantes. “Nos sentaron en un banco y nos pusieron un candado en el piso, todos amarrados.”

El impacto psicológico fue devastador. “Un sábado, uno se amarró de una barandilla, se subió arriba y se tiró abajo. Yo pensé mucho en hacer lo mismo, pero dos compañeros cubanos me hicieron entender que mis hijos me necesitaban” confesó con lágrimas en los ojos.

“Yo pensé que nunca iba a salir de allí. Estaba viviendo un infierno», expresa con dolor sobre su experiencia.

Cuando finalmente fue deportado, había perdido 30 libras. “Entré con 210 y salí con 180.”

El rostro humano detrás de las cifras

Su experiencia no es un caso aislado. Según datos oficiales de ICE, 145 mil 419 personas han sido deportadas en lo que va de 2025 desde centros de detención estadounidenses.

En Puerto Rico, las redadas han golpeado con fuerza a la comunidad dominicana. En el sector de Barrio Obrero, San Juan, al menos 445 inmigrantes fueron detenidos en 2025, la mayoría sin antecedentes penales, y cerca de un 72 % eran dominicanos, de acuerdo con un reportaje de El País.

Hoy, de regreso en su natal Samaná, trata de reinventarse y reconstruir su vida. Consciente de lo que vivió, asegura que no volvería a migrar sin documentos y que esa experiencia le confirmó que no es un camino que volvería a repetir.

“No era un criminal, solo un indocumentado”, insiste. Su historia recuerda que detrás de cada número en los reportes de deportación hay vidas truncadas, familias quebradas y experiencias de sufrimiento que dejan huellas difíciles de borrar.