“Salté sobre cuerpos para sobrevivir”: Ana María, una sobreviviente del derrumbe en Jet Set

Dos meses después de la tragedia, aún no puede dormir sin la luz encendida. Su vida cambió para siempre.

Santo Domingo.  Ana María Fernández, de 30 años, aún no logra conciliar el sueño con normalidad desde aquella noche fatídica en la discoteca Jet Set. La oscuridad, los escombros y el silencio después del derrumbe se repiten en su mente como un eco imposible de apagar.

Fue un milagro que estemos vivos”, dice Ana Maria, con voz entrecortada.

La noche del derrumbe había acudido al lugar junto a su esposo, quien había regresado al país luego de ocho meses viviendo en Canadá, donde trabaja para sostener la familia. Para celebrar su regreso a la República Dominicana, decidieron ir a ver a su artista favorito, Rubby Pérez. Primero, intentaron comprar boletos VIP, cuyos lugares estaban ubicados justo frente al escenario, pero estaban agotados. Esa circunstancia, que parecía una decepción menor, terminó salvándoles la vida.

Ana María junto a su esposo la noche del colapso.

Para asegurarse de conseguir entradas disponibles, llegaron temprano a la boletería y fueron ubicados al fondo del local, donde permanecían de pie al lado de su mesa cuando el techo comenzó a desplomarse.

Vi a los meseros barriendo piedritas del suelo cuando llegamos, también vi algunas en mi silla, pero jamás imaginé lo que se venía”, recuerda Ana María.

Entonces, todo se volvió oscuro. “Hubo un silencio ensordecedor, de repente no se escuchaba nada, todo se apagó. Yo no sabía qué había pasado, hasta que escuche la voz de mi esposo llamándome y encendió la linterna del celular.”

Su pierna estaba atrapada entre escombros, forcejeo hasta liberarla, pero salir del lugar fue otra pesadilla: cables eléctricos, restos de concreto, cuerpos inmóviles… y una decisión que la persigue desde entonces.

Tuve que saltar por encima de los cuerpos… mujeres que minutos antes bailaban cerca de mí. Esa escena se repite en mi cabeza. Yo no quería hacerlo, pero era eso o quedarme ahí”, explicó entre lágrimas Ana María.

Dos meses después, Ana María continúa en una larga rehabilitación: tiene 60 terapias programadas para recuperar la movilidad total de su rodilla. Agradece haber podido volver a casa y abrazar a su hijo de seis años. También celebra que su esposo haya podido regresar a Canadá, donde trabaja. Pero las secuelas emocionales persisten.

Desde entonces, Ana María no sale a eventos ni restaurantes. Tiene miedo, duerme con la luz encendida porque la oscuridad le recuerda esa noche en que su vida cambió.

A pesar del trauma, Ana María decidió hablar en exclusiva con Te Lo Explico News motivada por lo que considera una lenta respuesta de las autoridades y una cobertura mediática que, poco a poco, ha comenzado a desvanecerse.

“Siento que se está dejando apagar el tema… por eso, aunque soy tímida, decidí hablar. No quiero que esto quede sin respuesta”, aseguro.

Ella y su esposo comenzarán acciones legales contra los propietarios de la discoteca Jet Set. Su esperanza es que la justicia actúe, no solo por ellos, sino por quienes no lograron salir con vida.

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