La Liga Nacional ganó el Juego de Estrellas, pero ¿cómo lo logró y qué reglas definieron el resultado?

La Liga Nacional ganó el Juego de Estrellas, pero ¿cómo lo logró y qué reglas definieron el resultado?

Por años, el Juego de Estrellas de las Grandes Ligas ha sido terreno dominado por la Liga Americana. Antes de la edición 2025, el récord histórico favorecía al llamado “nuevo circuito” con 48 victorias frente a 44 de la Liga Nacional, con un empate.

Más revelador aún, es el dominio de los últimos 30 años: la Liga Americana tenía ventaja de 19-11 desde 1995. Y si afinamos la lupa entre 2011 y 2021, el margen fue casi absoluto: 11 triunfos a 1.

Pero este 2025, la historia cambió… y no de cualquier manera.

Con el marcador empatado tras las nueve entradas reglamentarias, entró en juego una regla especial que ha revolucionado el clásico de mitad de temporada: el “Swing-Off”, una modalidad de desempate por cuadrangulares.

¿Cómo funciona el Swing-Off?

Cada liga selecciona tres bateadores. Cada uno dispone de tres swings —no lanzamientos— y solo cuentan los que terminan en jonrón. La liga que conecte más vuelacercas en sus nueve intentos combinados se lleva el triunfo. En caso de empate, se activa una ronda adicional de “muerte súbita” con un solo bateador por liga.

En esta edición, la Liga Nacional eligió a Kyle Schwarber, Alec Bohm y Jazz Chisholm Jr., mientras que la Liga Americana apostó por Brent Rooker, Randy Arozarena y Jonathan Aranda.

Los de la Nacional fueron más efectivos y lograron imponerse en el swing-off, sellando su segunda victoria consecutiva en el Juego de Estrellas, algo que no ocurría desde 2011-2012.

¿Por qué se implementó esta regla?

El Swing-Off fue aprobado en 2022 como parte del paquete de modernización del evento. Sus objetivos eran claros:

  • Evitar empates sin agotar el bullpen.
  • Elevar el espectáculo con un final visualmente impactante.
  • Hacer del jonrón, el batazo más espectacular del béisbol, el factor decisivo en caso de paridad.

Desde su instauración, el nuevo formato ha sido celebrado por su emoción y dinamismo, ofreciendo un cierre electrizante en lugar de largas entradas extra o empates insatisfactorios.

¿Un cambio justo o un guiño al espectáculo?

Aunque algunos puristas aún prefieren que los partidos se definan “entre las líneas de cal y con los 27 outs tradicionales”, el público ha respondido con entusiasmo al nuevo desenlace.

La MLB, consciente de la necesidad de atraer nuevas audiencias, ha encontrado en el Swing-Off una fórmula que respeta la esencia del juego sin sacrificar el show.

Al final, la Liga Nacional rompió con la tradición reciente y volvió a alzar la bandera del Viejo Circuito… esta vez, con el poder del bate y la regla más explosiva de todas: el jonrón.