El tabaquismo: ¿por qué sigue siendo una amenaza global para la salud?

El tabaquismo: ¿por qué sigue siendo una amenaza global para la salud?

Más de 8 millones de muertes anuales y 10 enfermedades graves asociadas

SANTO DOMINGO. A pesar de décadas de advertencias y campañas de prevención, el tabaquismo continúa figurando entre los principales factores de riesgo para la salud a nivel mundial.

Según datos recientes de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el tabaco causa más de 8 millones de muertes al año, incluyendo a 1.3 millones de personas no fumadoras que fallecen debido a la exposición al humo ajeno.

El informe State of Tobacco Control de la American Lung Association subraya que los efectos del tabaco no solo se limitan a los pulmones, sino que perjudican múltiples órganos y sistemas del cuerpo humano.

La situación se agrava por la falta de políticas efectivas en muchos países: menos del 20 % de la población mundial está protegida por leyes que garantizan ambientes 100 % libres de humo.

Además del daño a la salud, el tabaco representa una carga económica y ambiental, contribuyendo a la deforestación, la contaminación por residuos y el colapso de sistemas sanitarios.

Las 10 enfermedades asociadas al tabaquismo

Asma: el humo de tabaco, incluso de forma pasiva, agrava las crisis asmáticas y disminuye la efectividad de los tratamientos.

Enfermedades cardíacas: fumar aumenta el riesgo de infartos, insuficiencia cardíaca y muertes súbitas debido al daño vascular y la formación de coágulos.

Accidente cerebrovascular (ACV): la exposición activa y pasiva al humo multiplica el riesgo de derrames cerebrales y discapacidades permanentes.

EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica): responsable del 90 % de los casos, el tabaco provoca una obstrucción irreversible del flujo aéreo.

Diabetes tipo 2: fumar eleva entre un 30 % y 40 % el riesgo de desarrollar esta enfermedad metabólica, dificultando su control.

Cáncer de pulmón: el 90 % de los casos está vinculado al tabaco, siendo esta la causa principal de muerte por cáncer en el mundo.

Ceguera, cataratas y degeneración macular: el tabaco daña el cristalino y la retina, acelerando la pérdida de visión, especialmente en adultos mayores.

Enfermedades renales: el tabaco afecta la función renal, agravando cuadros como la insuficiencia crónica y aumentando la necesidad de diálisis.

Cánceres fuera del pulmón: incluye boca, garganta, esófago, páncreas y vejiga, entre otros, todos con vínculos comprobados al consumo de cigarrillos.

Enfermedades reproductivas: fumar incrementa el riesgo de infertilidad, complicaciones en el embarazo y problemas de desarrollo fetal.

La OMS advierte que el humo del cigarrillo contiene más de 7,000 sustancias químicas, de las cuales al menos 70 son cancerígenas, lo que explica el impacto transversal del tabaquismo, afectando a niños, adultos y ancianos por igual.