Por qué lo que comemos influye en cómo nos sentimos

Por qué lo que comemos influye en cómo nos sentimos

La relación entre lo que comemos y cómo nos sentimos está lejos de ser superficial. En los últimos años, múltiples investigaciones demostraron que los alimentos que elegimos cada día afectan la salud cerebral y emocional.

“Existe una relación bidireccional entre la salud mental y la alimentación”, aseguró ante la consulta de Infobae la médica psiquiatra María Silvina Domínguez, del Departamento de Psiquiatría de Ineco.

Para ella, lo que las personas comen “tiene un efecto directo sobre el cerebro, así como las emociones también influyen en los hábitos alimentarios”.

Según Domínguez, “los alimentos proporcionan la energía y los nutrientes esenciales para regular el estado de ánimo, el sueño, el apetito y otras funciones vitales”.

¿Cuál es la relación entre la alimentación y la salud mental?

La médica especialista en Medicina Interna y Nutrición, magister en diabetes e integrante del Grupo de Obesidad de la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN), Marianela Aguirre Ackermann, sostuvo que “un patrón de alimentación saludable puede ser un gran aliado para mejorar el estado de ánimo, la concentración y la energía mental, mientras que una dieta desequilibrada puede favorecer la aparición de síntomas como ansiedad, depresión, fatiga o dificultades cognitivas”.

Y tras asegurar que “estudios recientes muestran que los patrones alimentarios pueden influir en el riesgo de desarrollar trastornos como depresión y ansiedad”, mencionó una revisión publicada en The Lancet Psychiatry, que concluyó que “una dieta con exceso de alimentos ultraprocesados se asocia con mayor riesgo de depresión, mientras que una alimentación basada en vegetales, pescados y grasas saludables se vincula con mejor estado de ánimo y salud mental”.

Esto se debe, según la nutricionista, “a que muchos nutrientes afectan directamente el funcionamiento del cerebro y la producción de neurotransmisores”.

Cómo la carencia de vitaminas puede afectar el funcionamiento del cerebro

“Las vitaminas son nutrientes esenciales para el correcto funcionamiento del cerebro -señaló Domínguez en este punto. Su carencia puede tener un impacto significativo en la salud cerebral, afectando diversas funciones cognitivas y emocionales”.

Al respecto, Aguirre Ackermann sumó que “el cerebro es un órgano altamente dependiente de nutrientes específicos”.

“Requiere un suministro constante de energía, antioxidantes, ácidos grasos esenciales y, en particular, vitaminas y minerales para mantener su estructura, producir neurotransmisores y garantizar una buena comunicación entre las neuronas”, aseguró.

Destacó que “cuando faltan ciertos nutrientes, se alteran funciones clave como la memoria, la atención, la concentración, el rendimiento intelectual, el estado de ánimo e incluso el sueño”.

Según la especialista, por ejemplo, la deficiencia de vitaminas del grupo B (B6, B9 y B12), claves en la síntesis de neurotransmisores como la serotonina y la dopamina, se vincula con síntomas de depresión, ansiedad e irritabilidad.

Aguirre Ackermann citó un estudio publicado en Nutrients, que revisó más de 40 investigaciones y concluyó que una baja disponibilidad de vitaminas B se relaciona con fatiga mental y menor rendimiento cognitivo.

También señaló el impacto del déficit de otras vitaminas y minerales. “Si faltan antioxidantes como la vitamina C y E, aumenta el daño neuronal por estrés oxidativo”, explicó.

A esto se suma la vitamina D, cuya deficiencia incrementa la inflamación cerebral de bajo grado, lo que puede afectar el estado de ánimo. Al respecto, citó un metaanálisis que mostró que las personas con bajos niveles de vitamina D tenían un 31% más de probabilidad de presentar síntomas depresivos.

Además, destacó el rol del hierro y el magnesio, fundamentales para la energía neuronal: “Su carencia puede generar fatiga mental, aunque la persona duerma bien”.

Existe una creciente evidencia que sugiere una relación entre la deficiencia de vitamina D y síntomas depresivos, en dichos casos es necesario realizar una evaluación por especialistas para hacer un diagnóstico correcto ya que los síntomas que se pueden presentar suelen ser:

  • Fatiga y cansancio.
  • Debilidad y/o dolor muscular.
  • Dolor en las articulaciones.
  • Cambios en el estado de ánimo, incluyendo pesimismo, irritabilidad y depresión.
  • Insomnio.

Las vitaminas del complejo B, especialmente la B6, B9 y B12, son vitales para la salud cerebral y la regulación del estado de ánimo. Actúan como cofactores en la síntesis de neurotransmisores claves como la serotonina, la dopamina, el GABA y la norepinefrina.

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