
Cambio climático presiona al Banco Central dominicano: volatilidad de precios y riesgos fiscales se intensifican
- 2025-06-05
- Autor: Joan Sebastian
La política monetaria y financiera de República Dominicana y Centroamérica enfrenta un desafío creciente: el cambio climático. Según un nuevo estudio del Consejo Monetario Centroamericano (Capard), los eventos climáticos extremos están alterando la estabilidad macroeconómica y fiscal de la región, generando riesgos que complican aún más la tarea de los bancos centrales de controlar la inflación, mantener la confianza financiera y garantizar una economía estable.
En el caso dominicano, fenómenos como los huracanes Irma y María (2017), así como las sequías recientes de 2023, han puesto a prueba la capacidad del Banco Central para contener los efectos inflacionarios derivados de la volatilidad en los precios de alimentos y energía. La conclusión del informe es clara: el cambio climático ya no es solo un tema ambiental, sino un riesgo económico de primer orden.
El documento titulado “Política Monetaria y Financiera de Centroamérica, Panamá y República Dominicana Frente al Cambio Climático: Desafíos, Avances y Oportunidades” detalla cómo el cambio climático se manifiesta en dos grandes frentes para las economías: los riesgos físicos, como huracanes e inundaciones que destruyen infraestructuras y sectores clave como agricultura y turismo; y los riesgos de transición, derivados de políticas o cambios globales que alteran los mercados hacia modelos más sostenibles.
En República Dominicana, estos riesgos físicos ya han generado impactos concretos en la producción y las finanzas públicas. Los desastres naturales encarecen los alimentos, dañan la infraestructura energética y turística, y aumentan el gasto público, lo que a su vez presiona el déficit fiscal y la deuda pública.
Por su parte, los riesgos de transición también preocupan: si bien la región avanza hacia una matriz energética más limpia, el país aún depende en gran parte de los combustibles fósiles para la generación térmica. Cambios bruscos en la regulación ambiental internacional o en la demanda global de energía podrían impactar severamente este modelo.
Pruebas de estrés y gobernanza climática: tareas pendientes para la región
Los autores del informe —Penélope Caraballo Gómez, Juan Quiñónez Wu y Lucía Rezza Rocha— llaman a reforzar la gobernanza climática de las instituciones financieras. Recomiendan adoptar instrumentos como pruebas de estrés climático, incorporar criterios ambientales en las decisiones operativas y coordinar más estrechamente con otras instituciones del Estado para articular una respuesta económica y financiera al desafío ambiental.
Estas pruebas de estrés permitirían simular escenarios extremos para medir la capacidad de respuesta del sistema financiero, una herramienta que ha sido útil en crisis económicas y que ahora podría ayudar frente a desastres naturales o shocks por políticas de descarbonización.
Avances iniciales, pero desafíos persistentes
Aunque algunos países —incluyendo República Dominicana— han comenzado a integrar consideraciones climáticas en su supervisión financiera, los avances son aún incipientes. Para Capard, el mayor reto es transformar la conciencia ambiental en acciones concretas que fortalezcan la estabilidad macroeconómica, y eso requiere ajustes en la política monetaria, la regulación financiera y una visión de largo plazo.
El estudio advierte que el cambio climático no solo amenaza al medioambiente, sino que está reconfigurando la economía y forzando a los bancos centrales a innovar en su forma de operar. Para República Dominicana, esto significa que cada huracán o sequía no solo deja daños visibles, sino también efectos menos evidentes pero igualmente peligrosos: inflación, presión fiscal y vulnerabilidad financiera.