Videojuegos y películas japonesas animadas podrían influir en la felicidad de los jóvenes adultos

Videojuegos y películas japonesas animadas podrían influir en la felicidad de los jóvenes adultos

Redacción. Lejos de ser simples pasatiempos, algunos videojuegos y películas animadas japonesas podrían convertirse en aliados para la salud mental de los jóvenes adultos, especialmente en tiempos de estrés y ansiedad. Así lo revela un estudio publicado en la revista JMIR Serious Games, donde investigadores analizaron cómo el contacto con expresiones culturales como los videojuegos de mundo abierto y las películas del estudio japonés Ghibli influye en la felicidad y el bienestar emocional.

La investigación se desarrolló con una muestra de 518 estudiantes de posgrado, quienes fueron divididos en cuatro grupos con experiencias diferenciadas: uno jugó The Legend of Zelda: Breath of the Wild, otro observó filmes de Hayao Miyazaki como Mi vecino Totoro y Kiki: Entregas a domicilio, un tercero combinó ambas actividades y un cuarto grupo no realizó ninguna de las dos. Posteriormente, los participantes evaluaron sus niveles de calma, exploración, propósito, dominio y satisfacción general con la vida.

Los resultados fueron claros: quienes jugaron The Legend of Zelda reportaron un incremento significativo en sus niveles de felicidad, en comparación con los que no tuvieron contacto con el juego. El efecto fue aún más notable en los estudiantes que combinaron el videojuego con la nostalgia evocada por las producciones animadas de Ghibli.

Según explicaron los investigadores, esta mejoría se debió a que elementos como la sensación de exploración, el dominio de habilidades, la calma y el propósito actuaron como “mediadores psicológicos”, es decir, mecanismos internos que tradujeron la experiencia lúdica y emocional en un impacto positivo para el bienestar.

La investigación subraya que el entretenimiento, en determinadas circunstancias, puede convertirse en un recurso protector para la salud mental. La nostalgia, asociada a recuerdos y emociones positivas, refuerza sentimientos de calma y propósito, mientras que los juegos de mundo abierto estimulan la curiosidad y la sensación de logro.

Los especialistas sostienen que, en un contexto donde los jóvenes enfrentan mayores índices de ansiedad, tristeza y presión académica, estas actividades de ocio, seleccionadas de forma consciente, pueden ofrecer un respiro y contribuir a mejorar el estado de ánimo.

“Los hallazgos aportan evidencia de que ciertas formas de ocio van más allá de lo recreativo y funcionan como herramientas de apoyo emocional”, señalaron los autores del estudio.

La conclusión del equipo científico es que tanto los videojuegos inmersivos como las películas animadas cargadas de nostalgia cultural no solo divierten, sino que también potencian el equilibrio emocional y el sentido de propósito en la vida de los jóvenes adultos.