Solo uno de cada seis dominicanos va al cine o a conciertos

Solo uno de cada seis dominicanos va al cine o a conciertos

Durante 2024, la cultura dominicana se consumió, sobre todo, desde los oídos. La música grabada, fuera de las emisoras radiales, fue la forma de expresión cultural más presente en la vida cotidiana: el 67.9% de la población de 13 años o más la escuchó, según los resultados de la Encuesta Nacional de Consumo Cultural (ECC) del Banco Central de la República Dominicana. Le siguieron la televisión (49.1%) y los videos grabados (46.8%), reflejando un patrón en el que la pantalla y el sonido dominan sobre las experiencias presenciales.

El informe, recogido en el Boletín Demográfico y Social No. 12, muestra que el acceso a contenidos culturales ocurre principalmente desde el hogar. El 65.4% de las personas se conecta a internet desde su residencia, y apenas un 5.1% lo hace desde el trabajo, mientras el resto accede desde cualquier lugar a través de datos móviles o WiFi. Esto indica una concentración del consumo cultural en el espacio doméstico, reforzada por el crecimiento del entretenimiento digital y las plataformas de streaming, presentes solo en el 31.2% de los hogares.

Pese a que la mitad de los hogares cuenta con internet fijo (50.5%), el estudio revela una brecha evidente entre el acceso digital y la participación cultural activa. Las actividades que implican salir de casa, como asistir a salas de cine (15.5%) o a conciertos y recitales (15.7%), siguen siendo minoritarias frente a las opciones audiovisuales o recreativas caseras.

El panorama se amplía al observar la asistencia a espacios culturales. Solo el 12.5% visitó áreas de patrimonio natural y el 12.2% acudió a monumentos o sitios arqueológicos, mientras que los museos y bibliotecas recibieron apenas un 7% del público. Las galerías de arte (2.9%) y los centros culturales (2.7%) fueron los menos frecuentados, lo que confirma que el consumo cultural presencial continúa siendo un desafío para la participación ciudadana.

Aun así, las prácticas culturales que no dependen de grandes instituciones mantienen una presencia significativa. El 59.7% participó en actividades lúdicas, como juegos o dinámicas recreativas, y el 49.9% en prácticas culturales tradicionales, desde tocar instrumentos hasta elaborar manualidades o participar en ferias artesanales. Este tipo de participación refuerza el rol de la cultura cotidiana y comunitaria en el país, donde el arte y la creatividad muchas veces se expresan fuera de los circuitos formales.

En contraste, las artes escénicas continúan siendo la manifestación menos participativa, con apenas un 3.8% de asistencia, seguida de las ferias de artesanía (3%). La baja participación en estas áreas plantea interrogantes sobre el alcance de la oferta cultural, la accesibilidad de los espacios y el papel de la educación artística en la formación del público.

La Encuesta Nacional de Consumo Cultural traza, en definitiva, un retrato de la cultura dominicana contemporánea: diversa, digital y en transformación. Mientras el país avanza hacia una mayor conectividad y acceso a internet, la experiencia cultural presencial se mantiene rezagada, lo que abre el debate sobre cómo equilibrar la comodidad del consumo digital con la riqueza del encuentro físico con el arte, el patrimonio y la comunidad.