Consumo de gases que dañan la capa de ozono cae 36 % en RD entre 2017 y 2024

Consumo de gases que dañan la capa de ozono cae 36 % en RD entre 2017 y 2024

La República Dominicana redujo en un 36.38 % el consumo de hidroclorofluorocarbonos (HCFC), gases altamente contaminantes que deterioran la capa de ozono, entre los años 2017 y 2024, según datos preliminares del Programa Nacional de Ozono y el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Este resultado se vincula directamente con el cumplimiento del Protocolo de Montreal, acuerdo internacional que regula el uso de estas sustancias.

El descenso más pronunciado se registró en 2021, año impactado por la pandemia de la COVID-19, lo que sugiere que la menor actividad económica también influyó en la disminución del uso de estos compuestos.

Los HCFC están presentes en productos de uso cotidiano como aires acondicionados, refrigeradores, aerosoles, extintores y otros sistemas de refrigeración, y su liberación al ambiente no solo debilita la capa de ozono, sino que también genera emisiones equivalentes de dióxido de carbono (CO₂), un gas de efecto invernadero.

Emisiones invisibles, impactos reales

Cuando los gases refrigerantes se escapan al entorno se convierten en emisores de CO₂ equivalente (CO₂eq), una métrica usada para medir el impacto climático de diversos gases. Estas emisiones permiten un mayor paso de radiación ultravioleta, afectando directamente la salud humana y los ecosistemas.

La medición de estas emisiones entre 2020 y 2024 mostró oscilaciones considerables, aunque la tendencia general fue a la baja, pasando de 809.16 toneladas en 2017 a 514.75 toneladas en 2024.

Gestión de residuos: un eslabón débil

En 2023, el 77.87 % de las empresas dominicanas afirmaron disponer sus residuos sólidos mediante el servicio de recolección municipal. Sin embargo, persisten métodos altamente contaminantes: el 1.94 % los arroja a vertederos sin control y el 0.70 % opta por incinerarlos, mientras un 1.86 % ni siquiera tiene claro cómo maneja sus desperdicios. Estas prácticas representan una amenaza indirecta para la atmósfera, ya que ciertas actividades económicas mal gestionadas pueden liberar compuestos que afectan la capa de ozono.

La otra amenaza: los fertilizantes químicos

Más allá de los gases refrigerantes, los fertilizantes utilizados en la agricultura representan otro foco importante de preocupación ambiental. Entre 2017 y 2023, más del 54.84 % de los fertilizantes importados fueron de tipo nitrogenado, responsables de liberar óxido nitroso (N₂O), un gas de efecto invernadero 273 veces más potente que el CO₂ a lo largo de 100 años. En 2023, el 32.40 % del total de abonos importados eran combinaciones de nitrógeno, fósforo y potasio, mientras que los fertilizantes orgánicos apenas representaron el 1.73 %.

El incremento sostenido en la importación de fertilizantes químicos desde 2017 refleja la dependencia del sector agrícola dominicano en insumos que, si bien mejoran el rendimiento de los cultivos, también intensifican la huella climática del país.

Implicaciones: entre avances y desafíos

Aunque los datos muestran avances alentadores en la reducción de sustancias agotadoras de ozono, los desafíos persisten en la gestión de residuos y el uso de fertilizantes. Estos hallazgos refuerzan la importancia de políticas públicas integradas que no solo regulen el uso de gases contaminantes, sino que también promuevan prácticas agrícolas sostenibles y un manejo adecuado de los desechos industriales y urbanos.

El camino hacia una economía más verde y resiliente al cambio climático exige medidas coherentes y multisectoriales. Las estadísticas, aunque frías, dejan claro que cada sustancia liberada cuenta, y cada decisión —desde cómo se enfría una habitación hasta cómo se fertiliza un campo— tiene consecuencias globales.

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