¿Qué nos dicen las cifras más recientes sobre la educación dominicana?

¿Qué nos dicen las cifras más recientes sobre la educación dominicana?

El sistema educativo dominicano sigue creciendo, y los números más recientes ayudan a entender cómo se distribuyen los estudiantes, qué avances hay y cuáles retos permanecen. Según el Anuario Sociodemográfico 2024, durante el año lectivo 2023-2024 se registraron 2.6 millones de estudiantes en el nivel preuniversitario y casi 539 mil en universidades. Estas estadísticas permiten tomarle el pulso a la educación nacional: cuántos estudian, en qué niveles y quiénes se quedan atrás.

La matrícula preuniversitaria alcanzó 2,617,801 estudiantes. La composición por sexo se mantiene equilibrada: 50.3% hombres y 49.7% mujeres. Sin embargo, la distribución por nivel muestra un sistema en expansión en los primeros grados, pero que se reduce hacia el final del ciclo.

  • Nivel inicial: 14.6% (383,400 estudiantes)
  • Primario: 44.5% (1,165,388)
  • Secundario: 33.0% (863,765)
  • Adultos: 7.8% (205,248)

Estos datos reflejan el peso que tiene el nivel primario, pero también evidencian el reto de retención en el nivel medio, donde la matrícula baja en comparación con primaria.

Las universidades: territorio mayoritario de mujeres

En educación superior, los 538,933 estudiantes universitarios en 2023 muestran una tendencia clara: las mujeres dominan el espacio académico. Un 65.9% de la matrícula corresponde a mujeres, mientras que los hombres representan solo el 34.1%. Este dato confirma una tendencia regional: las mujeres acceden más a la universidad y tienden a permanecer, mientras que los hombres abandonan antes para incorporarse al mercado laboral o por deserción escolar previa.

Analfabetismo y pruebas nacionales

El anuario también incluye indicadores sobre calidad y acceso. Aunque no se ofrecen cifras desagregadas en este resumen, se destacan dos puntos clave:

  1. Analfabetismo: sigue siendo un desafío en ciertos segmentos de la población adulta, pese a los esfuerzos de programas como “Quisqueya Aprende Contigo”.
  2. Pruebas nacionales: los porcentajes de estudiantes aprobados en la primera convocatoria sirven de termómetro de calidad. El nivel de logro aquí muestra cuánto del aprendizaje formal realmente se traduce en competencias adquiridas.

Recursos para la educación: aulas, docentes y centros

Más allá de la matrícula, el anuario recopila datos sobre recursos disponibles: número de maestros, aulas y planteles. Este aspecto es fundamental porque el incremento de la población estudiantil requiere no solo inscripciones, sino condiciones adecuadas de enseñanza. La calidad educativa depende directamente de este equilibrio: más estudiantes sin más docentes y aulas puede convertirse en hacinamiento.

¿Qué implican estas cifras?

Los datos muestran un sistema en expansión pero con brechas:

  • Cobertura amplia en niveles inicial y primario, pero con pérdida progresiva hacia la secundaria.
  • Desigualdad de género inversa en la universidad: los hombres están quedando rezagados frente a las mujeres.
  • Calidad educativa aún cuestionada, pues la tasa de analfabetismo y el desempeño en pruebas nacionales siguen como retos centrales.

En definitiva, las cifras son una radiografía útil, pero plantean más preguntas que respuestas: ¿cómo garantizar que quienes inician en inicial logren terminar la secundaria? ¿Qué políticas pueden incentivar a más hombres a culminar la universidad? ¿Está el país formando lo suficiente en calidad, no solo en cantidad?

El reto educativo dominicano ya no es solo aumentar la matrícula, sino asegurar aprendizajes reales y equitativos que permitan a los estudiantes enfrentar los desafíos del mercado laboral y la sociedad.