Ingresos suben en RD, pero ¿por qué crece la desigualdad?

Ingresos suben en RD, pero ¿por qué crece la desigualdad?

El ingreso real per cápita en República Dominicana creció un 11.3 % entre 2023 y 2024, marcando su mayor incremento interanual desde 2019, según el Análisis del Desempeño Económico y Social de República Dominicana 2024. Este aumento permitió superar por primera vez el nivel real previo a la pandemia. Sin embargo, el informe advierte que, pese a la reducción de la pobreza y la expansión de la clase media, la desigualdad se deterioró levemente, lo que evidencia brechas estructurales que limitan la sostenibilidad de los avances.

Entre 2023 y 2024, el ingreso mensual nominal per cápita pasó de RD$ 15,906 a RD$ 18,313, un crecimiento del 15.1 %. Este incremento superó la inflación del período, traduciéndose en un alza real desde RD$ 12,289 hasta RD$ 13,678. De acuerdo con la publicación, este crecimiento rompe la tendencia de estancamiento observada en 2020-2022 y marca un hito en la recuperación del poder adquisitivo.

En palabras del informe, “los datos sugieren una mejora significativa en las condiciones materiales de vida”, aunque aclara que aún no es suficiente para confirmar un cambio estructural sostenido.

El salario impulsa el crecimiento, pero no reduce la desigualdad

El aumento del ingreso real per cápita (RD$ 1,389) estuvo impulsado principalmente por el ingreso laboral, que aportó el 71.4 % del crecimiento (RD$ 740). Esto refleja el impacto de las políticas de ajuste salarial y la reactivación del mercado laboral, mientras que otras fuentes como ingresos no laborales monetarios (13.4 %), alquiler imputado (9.4 %), remesas (3.6 %) e ingresos en especie (2.3 %) también contribuyeron.

Sin embargo, la desigualdad del ingreso creció en el mismo período. El coeficiente de Gini aumentó de 0.377 a 0.385, mientras que el índice de Theil subió de 0.262 a 0.277. Ambos indicadores muestran un deterioro generalizado, no limitado a un grupo específico.

El estudio indica que “aunque el ingreso laboral representa más del 79 % de la desigualdad total, su efecto sobre el cambio anual fue levemente redistributivo”, siendo los ingresos no laborales monetarios y el alquiler imputado los que contribuyeron más al aumento de la desigualdad. Esto evidencia que rentas pasivas y transferencias refuerzan brechas estructurales, subrayando la necesidad de revisar su diseño para promover un impacto equitativo.

La pobreza se reduce, pero persiste en la infancia y mujeres

Pese al aumento de la desigualdad, la pobreza monetaria general cayó de 23.0 % en 2023 a 19.0 % en 2024, mientras que la pobreza extrema se redujo de 3.2 % a 2.4 %, los niveles más bajos en una década.

El informe destaca que, a diferencia de ciclos anteriores donde la pobreza extrema descendía más rápido, ambas categorías cayeron a ritmos similares, sugiriendo “una mejora más integral en los ingresos de los hogares pobres”.

No obstante, persiste un reto estructural: la pobreza infantil continúa como la más elevada en todas sus dimensiones (monetaria, multidimensional y crónica), lo cual “podría comprometer la sostenibilidad de los avances si no se abordan con políticas focalizadas”.

Todas las macrorregiones mostraron reducciones de pobreza en el bienio. La región Ozama experimentó la mayor caída, de 28.6 % a 22.7 % (casi 6 puntos), seguida por la Este (23.6 % a 18.8 %) y Sur (22.6 % a 19.1 %). En la región Norte la disminución fue menor, de 16.2 % a 14.5 %.

Sin embargo, se mantiene un alto riesgo de pobreza en Ozama, evidenciando que “una parte importante de la población sigue vulnerable ante choques económicos”, indica el estudio.

Persisten brechas de género en la pobreza

La incidencia de pobreza continúa siendo mayor en hogares con jefatura femenina. En 2024, 16.1 % de estos hogares vivía en pobreza, frente a 12.7 % de los liderados por hombres. Aunque ambos grupos registraron reducciones respecto a 2023, la brecha persiste.

El Análisis del Desempeño Económico y Social advierte que esta disparidad de género subraya la necesidad de políticas focalizadas, pues “los hogares liderados por mujeres continúan experimentando una mayor probabilidad de encontrarse en situación de pobreza”.

La pobreza crónica, que combina privaciones monetarias y multidimensionales, disminuyó en todas las macrorregiones. La región Sur, sin embargo, sigue presentando la mayor incidencia, con un 12.8 % en 2024, pese a reducirse 2.8 puntos respecto a 2023.

En el Este, la pobreza crónica bajó a 11.6 % (-2.5 p.p.), mientras que Ozama y Norte registraron 8.9 % y 5.5 %, respectivamente.

Clase media y hogares de ingresos altos se expanden

Entre 2023 y 2024, 93,917 hogares salieron de la pobreza, una reducción del 14.9 %. Paralelamente, la clase media creció un 18.9 %, pasando de 1,183,998 hogares a 1,407,745, y los hogares de ingresos altos aumentaron un 67 %, de 23,128 a 38,635.

Estos datos, resalta el informe, reflejan “una tendencia positiva hacia la movilidad económica de los hogares, con una disminución de la pobreza y la vulnerabilidad, y una expansión de la clase media y los estratos de ingresos altos”.

Aunque las cifras del bienio 2023-2024 confirman avances en la recuperación económica, la desigualdad creciente y la persistencia de la pobreza infantil y de género evidencian que la mejoría no es homogénea.

Para consolidar los logros y garantizar su sostenibilidad, el informe recomienda políticas públicas que reduzcan vulnerabilidades y brechas estructurales, fortalezcan la resiliencia de los hogares y promuevan equidad.

Como concluye el Análisis del Desempeño Económico y Social de República Dominicana 2024, “los avances en la reducción de la pobreza y la expansión de la clase media constituyen un hito positivo, pero su sostenibilidad dependerá de atender los desafíos de desigualdad y pobreza infantil que aún persisten en la estructura económica y social del país”.

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