El más reciente informe de desempeño de la Superintendencia de Bancos muestra que la cartera de tarjetas de crédito mantiene un crecimiento significativo al cierre de septiembre de 2025, aunque en un proceso visible de desaceleración después del repunte registrado en los años posteriores a la pandemia.

La cartera alcanzó DOP 127,116 millones, equivalente al 5.4% del total del crédito, impulsada por un crecimiento interanual de 13.9%, pero con una reducción de 17.2 puntos porcentuales respecto a la variación observada en 2024. El comportamiento, según los datos del organismo, se alinea con una “normalización tras el fuerte repunte posterior al fondo de crecimiento registrado en la pandemia”.

El crecimiento vuelve a su ritmo histórico

Desde 2020, la expansión del crédito vía tarjetas tuvo un aumento acelerado, vinculado a la recuperación económica. Pero el informe evidencia que la tendencia está retornando a niveles previos al choque sanitario.

El número de créditos aumentó 5.0%, prácticamente igual al promedio de 2017–2019 (4.6%). El documento explica que “las señales de ralentización hacia el ritmo de crecimiento histórico se observan tanto en el saldo adeudado como en el número de créditos”.

Aun así, las tarjetas continúan siendo la puerta principal de entrada de nuevos clientes al sistema financiero: 56.6% de los nuevos deudores de los últimos 12 meses ingresaron a través de este producto, unas 94,585 personas.

Indicadores clave: qué dicen sobre los hogares

Nueve indicadores permiten evaluar cómo están utilizando los hogares sus tarjetas y cómo están gestionando el riesgo las entidades financieras.

Entre ellos:

1. Saldo promedio real

Se ubicó en DOP 39,754, con un aumento del 4.2% interanual. Sin embargo, continúa por debajo del nivel prepandemia. El informe señala que “aunque el número de tarjetas ha aumentado y los montos nominales son mayores, en términos reales los hogares mantienen un nivel de deuda similar e incluso menor al de hace seis años”.

2. Límite promedio real

Creció 5.0%, hasta DOP 158,912, y se mantiene alineado con la inflación. Según la Superintendencia, esto evidencia que las entidades “no están ampliando de forma desproporcionada los límites, sino acorde al perfil transaccional del deudor”.

3. Turnover (rotación del crédito)

Bajó de 13.2% a 12.5%, mostrando “leves señales de enfriamiento”, aunque continúa en niveles moderados. Este indicador mide cuánto del límite se consume cada mes.

4. Utilización

Disminuyó marginalmente a 25.0%, lo que sugiere que los hogares no están presionando de forma significativa sus límites de crédito.

5. Salud del portafolio

Los indicadores asociados a riesgo muestran deterioros moderados:

• Morosidad +90 días: subió de 4.7% a 6.0%.
• Ratio de incumplimiento: pasó de 8.3% a 9.5%.

Estas variaciones indican que una mayor proporción de deudas pasó a atrasos prolongados y que un porcentaje más alto de créditos que estaban en cumplimiento hace 12 meses terminaron en default.