Remesas dominicanas: cómo migrantes sostienen la economía
- 2025-11-25
- Autor: Sebastian Vallejo
En 2025, República Dominicana se mantiene como uno de los principales destinos de remesas en el Caribe, recibiendo envíos que representan un componente clave del ingreso familiar y del consumo interno. De acuerdo con el informe Las remesas a América Latina y el Caribe en 2025, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el país sigue la tendencia regional de crecimiento sostenido de flujos, impulsada principalmente por migrantes en Estados Unidos que aumentan sus horas de trabajo y optimizan sus envíos, a pesar de la incertidumbre económica.

El comportamiento de las remesas en 2025 refleja un patrón de crecimiento que se ha mantenido de manera continua durante 16 años en América Latina y el Caribe (ALC). La región en su conjunto recibirá aproximadamente US$174,400 millones, US$11,700 millones más que en 2024, con una tasa de crecimiento de 7.2% respecto al año anterior. Este aumento revierte parcialmente la desaceleración observada desde 2021 y responde a la reacción de los migrantes ante incertidumbres económicas en sus países de residencia.
En escenarios de crisis económica o pandemia, como se observó en 2008 y durante la COVID-19, los migrantes suelen realizar dos acciones: utilizar sus ahorros para enviar recursos extraordinarios y aumentar la carga laboral para sostener los envíos familiares. En el primer trimestre de 2025, estas dinámicas llevaron a un crecimiento de 9.9% en los envíos, que disminuyó a 3.3% en el segundo trimestre debido al agotamiento de ahorros, y repuntó a 7.5% en el tercer trimestre, sustentado por el incremento en las horas de trabajo de los migrantes. Para el cuarto trimestre se proyecta un crecimiento de 8.6%.
República Dominicana, junto con Jamaica y Haití, lidera el Caribe en recepción de remesas, región que en 2025 acumulará US$20,883 millones, con un aumento estimado de 9.2% respecto al año anterior. La dependencia de estos flujos es alta: Estados Unidos representa el 84.5% de las remesas dominicanas, seguido de Canadá con menor participación. Este patrón coincide con lo observado en otros países del Caribe, donde el 50.4% de los envíos proviene de Estados Unidos y el 10.2% de Canadá. La alta proporción de remesas desde Estados Unidos refleja no solo la concentración de migrantes dominicanos en ese país, sino también la estabilidad relativa del mercado laboral estadounidense para esta población.
El análisis regional muestra diferencias notables entre subregiones. Centroamérica experimentó el crecimiento más alto de remesas en 2025, con un incremento del 20.4%, impulsado por envíos más frecuentes y de mayor cuantía desde Estados Unidos. Honduras, Guatemala, Nicaragua y El Salvador registraron los mayores aumentos, mientras que Belice, Costa Rica y Panamá mostraron incrementos moderados. El comportamiento se explica en parte por la utilización de ahorros acumulados en años anteriores y la expansión de la participación laboral de migrantes: entre abril y julio, mujeres centroamericanas incrementaron su participación en empleos de tiempo parcial en 11.8% y en tiempo completo en 2.3%, mientras que los hombres aumentaron un 36.7% en trabajos parciales, aunque disminuyeron un 12% en tiempo completo.
México, por su parte, presentó un comportamiento particular. Tras años de aumentos sostenidos, en 2025 se prevé una caída anual de 4.5% en las remesas, alcanzando US$61,810 millones. Esta reducción se atribuye a varios factores: el efecto base por el crecimiento extraordinario de 2024, la apreciación del peso mexicano y la desaceleración en el stock de migrantes mexicanos en Estados Unidos, con una disminución de la fuerza laboral de 1.2%. Además, se ha modificado la estructura del empleo de los migrantes: los recién llegados ocupan mayoritariamente empleos de medio tiempo, mientras que quienes abandonan el mercado laboral lo hacen desde puestos de tiempo completo, limitando la capacidad de envío de remesas.
En Suramérica, la región recibirá alrededor de US$36,339 millones en 2025, con un crecimiento de 10.9% respecto al año anterior. Este aumento se sustenta principalmente en Ecuador y Colombia, donde los flujos desde Estados Unidos han mostrado incrementos significativos, comparables a los de países centroamericanos. La participación laboral de migrantes suramericanos en Estados Unidos creció durante los primeros siete meses del año: hombres a tiempo completo aumentaron 8.9% y mujeres 7.3%, mientras que el empleo a tiempo parcial masculino disminuyó 9,8% y femenino aumentó 3.5%. Brasil y Bolivia, en contraste, registraron tasas de crecimiento negativas, de 4.6% y menores en Bolivia, afectadas por distorsiones cambiarias y mercados locales de divisas.
El efecto base también influyó en algunos países, donde la comparación con los picos extraordinarios de 2024 modifica la interpretación de las cifras de 2025. Sin embargo, la tendencia general en la región indica que los migrantes ajustan su comportamiento laboral y de ahorro para mantener o incrementar los envíos a sus familias, consolidando las remesas como un soporte económico crítico para millones de hogares.
En República Dominicana, el flujo constante de remesas no solo sostiene el consumo privado, sino que también contribuye a la estabilidad macroeconómica en un contexto donde otras fuentes de ingresos externos pueden ser volátiles. El país se mantiene como el principal receptor en el Caribe y uno de los destinos más relevantes de ALC, reflejando la importancia de la diáspora en Estados Unidos y su capacidad para adaptarse a condiciones de incertidumbre económica en ambos países.
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