RD avanza hacia el hambre cero: solo 3.6% sufre subalimentación

RD avanza hacia el hambre cero: solo 3.6% sufre subalimentación

En un contexto global donde la inseguridad alimentaria sigue siendo un problema persistente, la República Dominicana ha logrado una significativa reducción de su índice de subalimentación. De acuerdo con el informe más reciente de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), solo el 3.6 % de la población dominicana se encuentra actualmente en situación de subalimentación, muy por debajo del promedio regional de 7.8 %.

Este dato coloca al país entre las naciones con mejores desempeños en América Latina y el Caribe, superando incluso a economías más estables como Colombia (8.2 %) y Perú (8.3 %). El avance ha sido sostenido: en 2019, la cifra local era de 8.3 %, lo que refleja una mejora continua en el acceso a alimentos en los últimos cinco años.

Cómo se logró esta reducción

La mejora en los indicadores de hambre no es fortuita. Según el presidente Luis Abinader y el ministro de Agricultura, Limber Cruz, este resultado responde a un conjunto de políticas centradas en fortalecer la producción agroalimentaria local, ampliar los programas sociales y aumentar la cobertura de servicios como los comedores económicos.

«Gracias a nuestras acciones enfocadas en dignificar al productor y garantizar el acceso a los alimentos, hoy podemos hablar de un logro colectivo», afirmó Abinader durante su encuentro semanal con la prensa. Además, destacó que su objetivo es alcanzar el umbral del 2.5 %, cifra que, según estándares internacionales, permitiría declarar al país como libre de hambre.

Entre las medidas más relevantes está la expansión de los comedores económicos, que pasaron de 35 a 134 centros en todo el país. También se ha duplicado la cobertura de ayudas sociales, lo que ha permitido llegar a una mayor cantidad de familias vulnerables.

Una mejora con impacto social y económico

La reducción de la subalimentación tiene efectos más allá del ámbito sanitario. Una población bien alimentada mejora su capacidad de aprendizaje, su productividad laboral y su resiliencia frente a enfermedades. Además, facilita la inclusión social y contribuye al crecimiento económico del país.

Según la FAO, el paso de 8.3 % a 3.6 % representa que cerca de 500,000 familias dominicanas salieron de la situación de hambre entre 2020 y 2023. Esto significa una mejora tangible en la calidad de vida de cientos de miles de personas.

Contraste regional: una realidad desigual

Mientras que la República Dominicana muestra avances, otros países de la región presentan realidades preocupantes. Haití, por ejemplo, encabeza la lista con un 47.3 % de su población subalimentada, seguido de Venezuela (22.9 %), Nicaragua (18.6 %), Guatemala (16.0 %) y Ecuador (15.4 %).

Esto pone de manifiesto que, aunque hay mejoras globales, la situación sigue siendo crítica en muchas naciones. La falta de estabilidad política, el deterioro de las economías y la debilidad de las instituciones han impedido en algunos casos aplicar estrategias eficaces de combate al hambre.

Tendencias globales: un problema persistente

Según el informe SOFI 2025, alrededor de 673 millones de personas en el mundo padecían hambre en 2024, una leve mejora frente a los años anteriores, pero aún por encima de los niveles pre-pandemia. Aunque se observaron avances en Asia del Sur y América Latina, el hambre aumentó en la mayoría de África y Asia occidental.

La región africana, por ejemplo, superó el 20 % de prevalencia de hambre, lo que equivale a más de 300 millones de personas. Para 2030, se estima que 512 millones seguirán sufriendo subalimentación, el 60 % de ellos en África.

El impacto de la inflación en los precios de los alimentos

Uno de los factores que más ha afectado la seguridad alimentaria global es el aumento de los precios de los alimentos entre 2021 y 2023, exacerbado por la pandemia, la guerra en Ucrania y eventos climáticos extremos. En países de ingresos bajos, la inflación alimentaria llegó hasta un 30 %, lo que limitó el acceso a dietas saludables.

A pesar de esto, el número de personas que no pueden costearse una dieta saludable en todo el mundo cayó de 2,760 millones en 2019 a 2,600 millones en 2024, según el informe. En países como la República Dominicana, las políticas de subsidio y producción local han permitido mitigar el impacto.

Metas a futuro: hambre cero como compromiso nacional

Con una tasa de subalimentación de 3.6 %, la República Dominicana está cerca de alcanzar el objetivo de «hambre cero» establecido por los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Pero el reto ahora es sostener y mejorar estos logros.

Para lograrlo, se requieren inversiones continuas en el sector agroalimentario, políticas de inclusión social, y mecanismos de respuesta ante futuras crisis. Además, es crucial abordar el problema de la nutrición infantil, ya que indicadores como el retraso del crecimiento y la anemia en mujeres siguen siendo preocupantes a nivel global.

Aunque los datos muestran un avance notable, el camino hacia una seguridad alimentaria sostenible y equitativa está lejos de completarse. La República Dominicana ha demostrado que con voluntad política, inversión en producción nacional y programas sociales bien orientados, es posible reducir el hambre.

Sin embargo, los desafíos persisten, especialmente frente a contextos globales volátiles y al impacto del cambio climático. El compromiso debe mantenerse firme, con el respaldo de la cooperación internacional, el sector privado y la sociedad civil.

Como afirmó QU Dongyu, director general de la FAO: “Aunque es alentador observar un descenso en la tasa mundial de hambre, debemos reconocer que los avances son desiguales”. Para la República Dominicana, se trata de consolidar lo logrado y no perder el impulso hacia una nación libre de hambre.

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