Granada. Un estudio ha comprobado que las embarazadas no consumen suficientes frutas, verduras, legumbres y pescados por unos hábitos alimentarios con carencias que están vinculados a una educación nutricional insuficiente.

La investigación, que lidera la Universidad de Granada (UGR), España, apunta que muchas embarazadas siguen un patrón alimentario basado en la dieta mediterránea, pero aún presentan importantes carencias nutricionales.

El estudio, desarrollado en los hospitales públicos Universitario de Burgos y el Clínico San Cecilio de Granada, ha analizado los hábitos de 771 gestantes en la semana 38-42 de embarazo, para conocer sus hábitos alimentarios, conocimientos nutricionales y datos sociodemográficos.

Los responsables del estudio subrayan la necesidad de reforzar la educación alimentaria durante la gestación y de integrar a dietistas-nutricionistas en el seguimiento prenatal.

Dieta equilibrada

Uno de los resultados más destacados indica que casi el 78 % de las embarazadas presentan una buena adherencia a la dieta mediterránea, pero, aunque la mayoría utiliza aceite de oliva como principal grasa, solo el 40 % alcanza las cantidades recomendadas.

Asimismo, el consumo de frutas y verduras, esenciales para una dieta equilibrada, es insuficiente, solo la mitad de ellas cumple con la recomendación de consumir tres piezas de fruta al día y menos del 60 % llega a las raciones recomendadas de verduras.

Por otro lado, el número de gestantes que cumple las indicaciones sobre el consumo de legumbres, pescado y frutos secos es aún menor.

Además, aunque la mayoría de las embarazadas limitan el consumo de carne roja y procesada, así como de mantequilla, nata, margarina y bebidas azucaradas, el estudio revela que casi la mitad de ellas consumen bollería industrial en exceso, un hábito poco saludable.

En cuanto a la actividad física, menos del 46 % alcanza los niveles recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS): entre 30 y 45 minutos de actividad física moderada al día.

Trabajo en Burgos y Granada

El equipo científico seleccionó en este trabajo dos ciudades representativas de la diversidad geográfica y socioeconómica de España: Burgos y Granada, que además presentan diferencias significativas en la alimentación.

En Granada se observa un mayor cumplimiento con el consumo de aceite de oliva y sofrito, así como un menor consumo de carne roja; mientras que en Burgos hay un mayor consumo de frutas y pescado.

“Aunque el 89 % de las encuestadas saben que las necesidades energéticas varían según el trimestre de embarazo, solo el 33 % conoce cuándo iniciar la suplementación con ácido fólico, y no más del 22 % tiene presente el rango de ganancia de peso recomendado”, ha explicado la investigadora Marta Palma.

Según el estudio, la educación nutricional resulta insuficiente durante la gestación y en los controles prenatales, lo que sugiere que las matronas, al no ser especialistas en nutrición, no siempre proporcionan información adecuada ni personalizada.

EFE