Cómo afecta el uso excesivo del celular a la columna de los niños

Cómo afecta el uso excesivo del celular a la columna de los niños

Punta Cana. El uso prolongado de celulares y tabletas entre niños está desencadenando una nueva ola de consultas médicas por problemas cervicales, según advirtió el neurocirujano colombiano Néstor Taboada durante el Noveno Congreso de la Sociedad Dominicana de Cirugía de Columna.

El especialista explicó que cada vez es más frecuente atender a pacientes pediátricos con dolor de cuello, rigidez, posturas anómalas e incluso señales tempranas de deformidades en la columna cervical. Una situación que, años atrás, era considerada inusual en esa etapa de la vida.

“Hoy en día, muchos de esos síntomas no se deben a enfermedades graves, sino a la postura sostenida de la cabeza inclinada mientras usan celulares o tabletas durante horas”, afirmó el médico.

Una amenaza silenciosa para la columna en desarrollo

Taboada enfatizó que los malos hábitos posturales en la infancia tienen consecuencias a largo plazo:

            •         Dolor cervical crónico

            •         Alteraciones en la curvatura natural de la columna

            •         Posturas sifóticas (encorvadas)

            •         Y en casos extremos, necesidad de intervención quirúrgica en la adultez.

El problema se complica cada vez más por la falta de actividad física y la ausencia de orientación ergonómica en el entorno del niño. Esto, advirtió, ya se está convirtiendo en un problema de salud pública.

“Muchos padres, por comodidad, entregan los dispositivos como una forma de entretener o tranquilizar al niño. Pero sin saberlo, están comprometiendo su desarrollo físico”, alertó Taboada.

¿Qué pueden hacer los padres?

El especialista hizo un llamado a tomar medidas preventivas:

            •         Limitar el tiempo frente a pantallas

            •         Fomentar pausas activas y movimiento físico regular

            •         Enseñar una buena postura desde edades tempranas

            •         Y consultar a un especialista ante los primeros signos de dolor o alteraciones.

“El mejor tratamiento es la prevención. Y como siempre digo: la mejor cirugía es la que no se hace”, concluyó el neurocirujano.