Santo Domingo, DN. Joan Batista, de 46 años, comenzó a presentar señales de linfedema desde muy joven; sin embargo, fue hasta el año 2020 cuando notó que la hinchazón de su escroto no era normal. A finales de ese año, relata que empezó a desarrollar una severa retención de líquidos, condición que cinco años después lo dejó completamente incapacitado para valerse por sí mismo.

Cuenta que, aunque su estado de salud se deterioró de manera significativa, al punto de sufrir una crisis que lo llevó de emergencia al Hospital Docente Dr. Francisco E. Moscoso Puello, donde los médicos le recomendaron bajar de peso y someterse a una cirugía para extirpar y drenar el líquido linfático, admite que descuidó su tratamiento y no regresó al centro de salud.

En lugar de seguir las indicaciones médicas, sustituyó las recomendaciones de los especialistas por tratamientos caseros, con la esperanza de que la inflamación disminuyera de forma natural. Con el paso del tiempo, comprendió que esa decisión fue un grave error, cuyas consecuencias arrastra hasta el día de hoy.

Batista se ganaba la vida como plomero para sustentar a su esposa y a su hija de 12 años, las únicas personas que lo acompañan hoy, pero a quienes ya no puede mantener económicamente debido a su condición.

En la actualidad no puede caminar. Pasa sus días postrado en una cama eléctrica donada, que ya no funciona. Duerme sobre un colchón desgastado y roto, y en esa misma cama se ve obligado a hacer sus necesidades.

El señor vive hoy de la solidaridad de amigos, vecinos y otros allegados, quienes comparten con él lo poco que tienen para ayudarle a subsistir.

A través de este medio, Batista hizo un llamado al Ministerio de Salud Pública para que acuda en su auxilio y facilite su ingreso a un centro hospitalario donde pueda recibir el tratamiento que le permita salvar su vida.

Asimismo, expresó que cualquier persona interesada en colaborar con su causa puede comunicarse con él al 809-907-9952.