¿Qué tan accesible es la banca para personas con discapacidad?

¿Qué tan accesible es la banca para personas con discapacidad?

El sistema financiero dominicano ha comenzado a incorporar medidas de accesibilidad para personas con discapacidad, pero los avances aún conviven con limitaciones estructurales, especialmente en el registro de usuarios y el diseño de productos adaptados. Así lo reflejan datos de la Alianza para la Inclusión Financiera (AFI), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Superintendencia de Bancos (SB), que evidencian brechas entre la magnitud de esta población y su atención efectiva dentro del sistema.

Según la OMS, en 2023 unas 1,300 millones de personas —el 16 % de la población mundial— viven con una discapacidad significativa. En República Dominicana, la Encuesta Nacional de Hogares (ENHOGAR 2021) estima que el 4.9 % de la población de cinco años o más presenta algún tipo de discapacidad, un grupo diverso cuyas necesidades financieras están condicionadas por factores sociales, económicos y tecnológicos.

Discapacidad y sistema financiero: más que una condición individual

El Reporte de Inclusión Financiera para Personas con Discapacidad de la AFI (2023) plantea que la discapacidad, en el ámbito financiero, no se limita a una condición personal, sino que surge de la interacción con barreras del entorno. “Esto incluye desde la falta de productos adaptados y accesibles, hasta barreras en la atención presencial, la comunicación y el diseño de canales digitales”, señala el documento.

Desde este enfoque, la inclusión financiera implica garantizar igualdad de acceso a servicios seguros, asequibles y accesibles, sin distinción por capacidades físicas, sensoriales o cognitivas, alineándose con principios de equidad y no discriminación.

Avances regulatorios y lineamientos de accesibilidad

En este contexto, la Superintendencia de Bancos ha impulsado acciones regulatorias y de diagnóstico. En diciembre de 2023 publicó la primera edición del informe Hacia un Sistema Financiero Inclusivo y Sostenible, orientado a profundizar en la situación de los segmentos vulnerables. Ese mismo año emitió la Carta Circular CCI-REG-202300021, que establece una Guía de Accesibilidad a las Oficinas y Sucursales de las Entidades.

La circular define lineamientos sobre ajustes razonables, adecuación física y digital de los canales, comunicación inclusiva, educación financiera adaptada y capacitación del personal. De acuerdo con la SB, estas acciones buscan asegurar “el acceso universal efectivo a las personas con discapacidad, en condiciones de igualdad y de la forma más autónoma y natural posible”, en coherencia con la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera 2022–2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

A nivel institucional, también se han realizado talleres de sensibilización sobre trato digno, tiflotecnología y atención a personas ciegas, además de cursos básicos de lengua de señas para mejorar la atención a personas sordas.

Canales digitales: avances desiguales

Los resultados de la encuesta aplicada a las Entidades de Intermediación Financiera (EIF) muestran que el 45 % dispone de páginas web con algún nivel de accesibilidad, mientras que solo el 20 % cuenta con aplicaciones móviles accesibles y el 18 % ofrece funciones de accesibilidad en la banca en línea.

Por tipo de entidad, las EPyM lideran en accesibilidad web (100 %), seguidas por las AAyP (60 %), los bancos de ahorro y crédito (43 %) y los bancos múltiples y corporaciones de crédito (33 %).

Las funcionalidades más comunes en los sitios web están vinculadas a la lectura y visualización: ajuste del tamaño del texto (48 %), espaciado (39 %) y contraste de colores (36 %). En aplicaciones móviles predominan el tamaño del texto (23 %), el contraste (16 %) y los subtítulos (7 %). En la banca en línea se destacan alertas por tiempo de espera (27 %), navegación por teclado (20 %) y asistencia auditiva (5 %).

Cajeros y sucursales: mejoras físicas, retos pendientes

Entre 2023 y 2025 se registraron avances en la accesibilidad de los cajeros automáticos. El 45 % de las EIF incorporó dígitos en braille, un aumento de 12 puntos porcentuales, mientras que la altura adecuada de los equipos pasó de 22 % a 36 %, y las capacidades multilenguaje de 13 % a 27 %.

En las sucursales, el 84 % cuenta con rampas de acceso y el 80 % dispone de parqueos exclusivos y turnos preferenciales. Sin embargo, medidas más especializadas muestran menor adopción: solo el 25 % tiene baños accesibles, el 11 % instrucciones audibles y el 9 % pisos podotáctiles.

Capacitación, datos y requisitos adicionales

El 26 % de las EIF reporta programas de concientización interna sobre inclusión financiera de personas con discapacidad, cinco puntos porcentuales más que en 2023. Además, el 23 % dispone de un presupuesto específico para iniciativas inclusivas.

En cuanto al personal, el 18 % de las entidades cuenta con colaboradores capacitados en lengua de señas en algunas sucursales, pero solo el 2 % lo tiene en todas. Los bancos múltiples concentran la mayor proporción de esta capacitación (33 %).

Uno de los principales desafíos identificados es la falta de información estructurada. Aunque el 25 % de las EIF afirma identificar a clientes con discapacidad, solo el 7 % los registra formalmente en sus bases de datos, una cifra que no ha variado desde 2023. Según el informe, esta limitación reduce la capacidad de diseñar políticas y productos verdaderamente inclusivos.

Además, algunas entidades solicitan requisitos adicionales para acceder a productos financieros: asistencia de un testigo (20 %), expediente médico (5 %) o poder notarial (5 %), condiciones que pueden influir en el acceso efectivo.

Inclusión laboral: avances parciales

El 25 % de las EIF cuenta con programas de inclusión laboral para personas con discapacidad y un 18 % está en proceso de implementarlos. El 48 % de las entidades tiene actualmente empleados con discapacidad, aunque solo el 5 % cumple plenamente con el mínimo legal establecido.

Del total de empleados con discapacidad, el 57 % son mujeres. La discapacidad motora es la más frecuente (43 %), seguida de la auditiva (21 %). En los casos de discapacidad visual e intelectual, la participación femenina alcanza el 62 %.

Un proceso en desarrollo

Los datos muestran que el sistema financiero dominicano ha avanzado en accesibilidad física, digital y normativa, pero enfrenta retos en la estandarización de datos, la capacitación especializada y el diseño de productos plenamente adaptados. La brecha entre la proporción de personas con discapacidad en la población y su registro efectivo en las entidades financieras sigue siendo uno de los principales puntos críticos del proceso de inclusión.

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