Remesas de EE. UU. y España sostienen la economía dominicana

Remesas de EE. UU. y España sostienen la economía dominicana

En 2025, las remesas que reciben los países de América Latina y el Caribe (ALC) continúan siendo un componente crucial para la economía familiar y nacional. Según el informe Las remesas a América Latina y el Caribe en 2025, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los flujos están vinculados directamente al empleo y los ingresos de los migrantes en Estados Unidos y España, y a las variaciones de tipo de cambio y precios en las economías receptoras. República Dominicana muestra un aumento de 1.3 puntos porcentuales en la participación de las remesas sobre su PIB, reflejando la importancia de estos ingresos en el consumo diario de millones de hogares.

Los flujos de remesas que reciben los países de ALC tienen su origen en el trabajo de millones de migrantes que residen principalmente en Estados Unidos, Europa y ciertos países de la región. Estas transferencias se destinan mayoritariamente a complementar el consumo cotidiano de las familias receptoras, cubriendo necesidades de alimentación, educación, salud y vivienda. La variación en el poder adquisitivo de estas remesas depende de la combinación entre el tipo de cambio de la moneda local y la inflación interna de cada país.

Según estimaciones de 2024, la mayoría de los migrantes de la región (56.7%) reside en América del Norte, principalmente en Estados Unidos. Otro 29.1% se encuentra en distintos países de ALC, y 12.7% en Europa, con España como principal destino.

En Estados Unidos, la población migrante de ALC alcanzó 28.5 millones de personas hasta julio de 2025, lo que representa un crecimiento de 386,813 personas (1,4%) respecto al mismo período de 2024. Por subregiones, los migrantes suramericanos experimentaron un incremento de 6.5%, llegando a 5.2 millones, superando por primera vez a los centroamericanos. La migración caribeña creció 3.9%, con 5.78 millones de residentes en EE. UU., mientras que los centroamericanos disminuyeron 0.6%, totalizando cinco millones. La diáspora mexicana registró la mayor caída, 1.0%, con 123,700 personas menos, aunque mantiene su posición como la principal comunidad migrante de ALC en Estados Unidos con 12.5 millones.

Es relevante notar que los cambios en la población migrante no se traducen de forma inmediata en variaciones de remesas. Los migrantes requieren tiempo para establecerse y acceder a empleo formal antes de poder enviar dinero a sus hogares. Asimismo, los solicitantes de asilo no pueden trabajar hasta que se apruebe su estatus legal. Por tanto, la reducción de migrantes mexicanos o centroamericanos no explica completamente las variaciones en los flujos de remesas hacia sus países de origen; factores como el efecto base, tipo de cambio y características demográficas de la diáspora juegan un papel determinante.

El mercado laboral de los migrantes de ALC en Estados Unidos mostró en 2025 un crecimiento del 3.9% en la fuerza laboral, acompañado por un 4.0% de aumento en ocupación, lo que sugiere que la mayoría de los nuevos ingresos lograron empleo, en su mayoría de tiempo parcial. Paralelamente, la población migrante no ocupada creció 5.9%, incluyendo a quienes buscan empleo o están inactivos temporalmente, posiblemente por razones personales o para evitar controles migratorios. En conjunto, el balance general indica expansión en empleo y un incremento en la capacidad de enviar remesas.

El salario promedio semanal de los migrantes de ALC en Estados Unidos alcanzó US$938 en el tercer trimestre de 2025, el nivel más alto registrado hasta ahora, con un crecimiento de 5.3% respecto al año anterior. Este aumento se explica, en parte, por la transición de empleos de tiempo parcial a completo, especialmente entre centroamericanos y suramericanos, cuyos empleos a tiempo completo crecieron 14.3% y 8.2%, respectivamente. Por el contrario, los mexicanos incrementaron el trabajo a tiempo parcial y redujeron el tiempo completo, lo que coincide con la menor recepción de remesas hacia México.

En España, la población migrante de ALC creció 6.8% en los primeros dos trimestres de 2025 respecto al año anterior, con un aumento mayor entre hombres (8.3%) que mujeres (5.6%). Los incrementos más significativos fueron de migrantes colombianos (17.7%) y peruanos (15.2%), mientras República Dominicana registró una disminución de 3.8%. La tasa de ocupación de los migrantes activos alcanzó 83.9%, similar a la registrada el año anterior, con un predominio del sector servicios y construcción, cuyos salarios crecieron entre 3.1% y 4.6% respectivamente.

Impacto en poder de compra y economía local

El poder de compra de las remesas depende de la depreciación de la moneda y la inflación. Agregadamente, las monedas de ALC se depreciaron 4.0%, mientras que los precios aumentaron 3.2%, generando una mejora de 0.8% en el poder adquisitivo de las remesas recibidas.

  • México: aumento del 4.1% por devaluación de 6.1% y baja inflación del 2.0%. Ajustado por caída del dólar, el poder de compra real disminuyó 0.4%.
  • Centroamérica: pérdida de 1.3% por inflación de 2.0% y devaluación de 0.7%; sin embargo, en moneda local, las remesas aumentaron 19.1%. Los ingresos de hogares receptores crecieron 17.7% más que los de quienes no recibieron remesas.
  • Caribe: pérdida de poder de compra de 5.1%, con inflación de 7.2% y devaluación de 2.1%. La tasa de crecimiento de remesas fue 9.2%, superior al crecimiento del PIB per cápita (2.0%), beneficiando a los hogares receptores con un aumento relativo de ingresos del 7.2%.
  • Sudamérica: la depreciación de monedas de 1.4% contrarrestó la inflación de 4.4%, resultando en pérdida de 3.0% de poder de compra. Ajustadas por inflación, las remesas aumentaron 7.9%, con ingresos familiares superiores en 6.2% respecto a quienes no las recibieron.

En el caso de República Dominicana, el aumento en la participación de las remesas sobre el PIB fue de 1.3 puntos porcentuales, reforzando su rol en la economía nacional y el sustento de millones de familias. Aunque el impacto macroeconómico puede ser menor que en otras regiones, para los hogares receptoras estos ingresos representan un soporte crucial que evita caer en niveles de pobreza más profundos.

Para el total regional, la relación entre PIB y remesas alcanzó 2.5%, frente al 2.3% del año anterior. En Centroamérica y el Caribe, los flujos representaron 13.3% y 10.0% del PIB respectivamente, reflejando su relevancia en la economía doméstica y en la capacidad de consumo de las familias receptoras.

Comparaciones y antecedentes

El informe evidencia que la estabilidad de las remesas se vincula a factores de empleo y salarios en los países de residencia de los migrantes, así como a su capacidad de adaptación a cambios macroeconómicos y de tipo de cambio. En República Dominicana y el Caribe, a pesar de la depreciación de monedas y la inflación, las remesas contribuyen de manera sostenida a la economía familiar. En países como México y Sudamérica, las variaciones reflejan tanto la evolución demográfica de las diásporas como ajustes en el mercado laboral de los migrantes.

Los flujos de remesas han mostrado un patrón consistente de crecimiento durante años recientes, con diferencias en subregiones, tipo de migración y sectores de empleo. La experiencia de España y Estados Unidos indica que mejoras en la ocupación y salario de migrantes se traducen en remesas más robustas, mientras que ajustes en tiempo parcial o disminución de migrantes impactan los flujos hacia países específicos, como México.

Las remesas continúan siendo un componente esencial de la economía de ALC y República Dominicana, influyendo directamente en el consumo familiar y en el PIB nacional. En 2025, la combinación de aumento de empleo, salarios más altos y ajustes macroeconómicos permitió mantener flujos significativos, aunque con variaciones en poder de compra según la subregión.