
¿Quién es el Dalai Lama y por qué está en medio de un posible conflicto con China?
- 2025-07-05
- Autor: Claudia López
Este domingo 6 de julio, el actual Dalai Lama cumple 90 años, y aunque asegura gozar de buena salud, el tema de su sucesión ha reactivado un viejo y profundo conflicto con China.
¿Por qué una figura espiritual puede generar tensiones geopolíticas a nivel mundial? Aquí te explicamos todo lo que necesitas saber.
¿Quién es el Dalai Lama?
El Dalai Lama es el líder espiritual supremo del budismo tibetano, una de las principales corrientes del budismo en Asia. Pero también ha sido históricamente el líder político del Tíbet, una región autónoma que China ocupa desde 1950.
El término Dalai Lama se traduce como “océano de sabiduría” y se considera la reencarnación del Bodhisattva de la Compasión, una figura divina que regresa al mundo una y otra vez para guiar a los seres hacia la iluminación y aliviar su sufrimiento.
El actual Dalai Lama es Tenzin Gyatso, el número 14 de la línea, reconocido como tal en 1939 y entronizado oficialmente en 1940. Desde 1959 vive en exilio en India, tras huir del Tíbet en medio de una revuelta popular contra el dominio chino.
¿Cómo se elige al Dalai Lama?
La elección del Dalai Lama no se basa en herencias ni elecciones como en otras religiones o sistemas políticos. Sucesión espiritual y reencarnación son los pilares del proceso. Tras la muerte de un Dalai Lama, se inicia una compleja búsqueda mística y espiritual para localizar al niño en quien supuestamente ha reencarnado.
El proceso incluye:
- Interpretación de visiones por parte de altos lamas, muchas veces mediante rituales como observar el lago sagrado Lhamo Latso, donde se cree que pueden verse señales del lugar del nuevo nacimiento.
- Análisis de sueños y signos astrológicos que indiquen el lugar del renacimiento.
- Reconocimiento de objetos personales del Dalai Lama anterior por parte del niño.
- Pruebas rigurosas en las que el candidato debe identificar pertenencias del Dalai Lama fallecido entre varias opciones.
- Una vez identificado, el niño es llevado a un monasterio para una formación intensiva y, tras años de aprendizaje, se le entroniza como el nuevo Dalai Lama en una ceremonia religiosa y pública.
Este proceso ha sido respetado durante siglos por los budistas tibetanos, pero ahora enfrenta una amenaza política directa.
¿Por qué habría un conflicto con China?
El conflicto tiene profundas raíces históricas, políticas y religiosas. Cuando China ocupó el Tíbet en 1950, el entonces joven Dalai Lama intentó mantener una relación diplomática, pero la situación derivó en represión y control por parte del régimen comunista chino.
En 1959, tras una fallida revuelta tibetana, el Dalai Lama se vio obligado a huir a India, donde estableció un gobierno tibetano en el exilio en la ciudad de Dharamsala.
Desde entonces, China lo considera un separatista peligroso, ha prohibido su imagen en el Tíbet y persigue cualquier forma de culto público hacia él. Sin embargo, el Dalai Lama insiste en una postura no violenta y autonomista, no independentista.
La tensión ha crecido porque China quiere controlar el proceso de sucesión. Según el gobierno chino, la reencarnación del Dalai Lama debe ser aprobada por el Estado y se debe realizar mediante un sistema tradicional imperial conocido como la «urna dorada», heredado de la dinastía Qing en el siglo XVIII. Esta posición contradice completamente el sistema espiritual tibetano, que rechaza la interferencia política.
¿Qué antecedentes existen?
Un ejemplo claro de este conflicto ya ocurrió en 1995 con la elección del Panchen Lama, la segunda autoridad más importante del budismo tibetano.
El Dalai Lama reconoció a un niño de 6 años como la reencarnación del Panchen Lama. Días después, el niño fue secuestrado por el gobierno chino junto a su familia. A día de hoy sigue desaparecido.
China impuso a su propio Panchen Lama, considerado ilegítimo por la mayoría de los budistas tibetanos.
¿Qué pasará cuando muera el actual Dalai Lama?
Todo apunta a un escenario de doble sucesión, donde se reconozcan dos Dalai Lamas: Uno elegido espiritualmente por la comunidad budista tibetana, probablemente fuera de China y avalado por la fundación del Dalai Lama, el Gaden Phodrang Trust.
Otro impuesto por el gobierno chino, con respaldo institucional dentro del Tíbet ocupado.
El propio Dalai Lama ha advertido públicamente: «Si surgen dos Dalai Lamas, uno elegido en un país libre y otro por China, nadie respetará al segundo», dijo en 2019.
El Dalai Lama no es solo una figura religiosa; representa una nación sin Estado, una fe en resistencia y una memoria histórica viva. Su eventual sucesión pondrá a prueba los límites del poder de China sobre los asuntos espirituales de una cultura milenaria, y marcará un nuevo capítulo en la lucha del pueblo tibetano por su autodeterminación y su fe.