Logroño. -Todo tipo de azúcares, en la alimentación, «no se pueden demonizar», pese a que su consumo, muy extendido en meriendas, bebidas y productos que percibimos como «sanos», preocupa por su relación con hábitos adquiridos desde la infancia y el aumento de problemas, como la obesidad y la diabetes.

Así lo ha explicado en una entrevista con EFE el director académico del máster en Nutrición de Precisión y Epidemiología Nutricional de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) y especialista en nutrición humana y dietética, Edwin Fernández Cruz, en el contexto de la Semana Mundial de Concienciación sobre el Consumo de Azúcar, que se ha celebrado en noviembre.

Muchos alimentos, considerados inocuos, ha precisado, esconden cantidades de azúcar que pasan desapercibidas para las familias, pero es importante que la sociedad conozca, ha añadido, que, en alimentación, hay tres tipos de azúcares, entre ellos, los intrínsecos, entre ellos los contenidos en la leche o la fruta.

Los azúcares que pueden resultar verdaderamente dañinos, ha asegurado, son lo que figuran como ingredientes (añadidos) en el etiquetado nutricional, siempre que se superen los límites en este ámbito.

Fotografía facilitada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de una probeta que contiene un producto descubierto por un equipo español que reduce en un 80 por ciento la formación de acrilamida y en un 98 por ciento la de hidroximetilfurfural, dos compuestos que se generan de forma natural a partir de la reacción de azúcares y aminoácidos durante el cocinado de alimentos, principalmente, los horneados de productos de panadería, y que son cancerígenos. EFE/Xiomara Cantera***SÓLO USO EDITORIAL***

También, los alimentos ricos en azúcares, en muchas ocasiones, van acompañados de otras componentes perjudiciales para el mantenimiento del peso, ha proseguido este experto en nutrición y dietética.

Ello conduce a problemas de sobrepeso infantil y a cambios metabólicos, que empiezan a surgir en la infancia, pero que también es probable que acompañen en la adolescencia y en la etapa adulta, ha asegurado.

El rol de la publicidad

En su opinión, la publicidad ejerce un papel importante en este campo, tanto en alimentos procesados y envasados dirigidos a la infancia como a la población adulta.

A este respecto, ha subrayado la necesidad de mejorar la regulación normativa de la publicidad y dotar de más herramientas a la población para que pueda tener «una información mucho más completa sobre cómo es el alimento que se procesa y sus efectos en la salud, a través de la educación nutricional».

En su criterio, hacen falta más profesionales que «den voz» y sean accesibles a la población para poder tener la información relativa a los alimentos y, a este respecto, ha reivindicado la necesaria introducción de la figura del dietista nutricionista en el sistema sanitario español.

La utilidad de la IA

Fernánez Cruz también ha destacado que la inteligencia artificial (IA), como herramienta, puede ser muy útil en este campo, siempre vaya acompañada de una evidencia científica y el respaldo clínico.

Se ha referido también a que una ingesta de azúcar elevada mantenida en el tiempo puede afectar a algunos trastornos cognitivos desde el punto de vista de la ansiedad o trastornos de la conducta alimentaria.

El azúcar en sí, si no se ingiere en exceso, no es peligrosa para la salud, pero sí puede serlo, ha dicho, el sabor dulce asociado a la misma, ya que activa diferentes sistemas de recompensas a nivel cerebral, al igual que sucede con algunas drogas de diseño o, incluso, por ejemplo, con el tabaco.

Fuente: (EFE)