No tenemos una bola de cristal, pero sin lugar a dudas Oklahoma City debe encontrar la manera de robarse el tercer partido de las Finales de la NBA en casa de los Pacers. Ganar este juego sería clave para asegurar que la serie pueda definirse en su propia duela. Por el lado contrario, los de Indianápolis están obligados a sacar todo su arsenal y defender la localía si quieren conseguir el triunfo esta noche en el Gainbridge Fieldhouse, cuando el balón se lance al aire a las 8:30 de la noche.

Si hay algo que juega a favor de Indiana son las estadísticas: no ha perdido dos partidos seguidos desde el 10 de marzo. Sin embargo, esta es una serie corta y el Thunder sigue siendo el gran favorito. Las casas de apuestas lo colocan con una ventaja superior a 5.5 puntos.

Un dato interesante: los Pacers aún no han tenido un jugador que supere los 20 puntos en los dos primeros encuentros, lo cual habla muy bien de la defensa de Oklahoma City. Pero, al mismo tiempo, también resalta la profundidad ofensiva de Indiana, que ha sabido repartir los puntos y obtener aportaciones clave desde la banca.

Los fanáticos de Indianápolis han esperado 25 años para este momento. Esta noche será el primer juego de unas Finales de la NBA en casa para los Pacers desde el año 2000, un factor que seguramente agregará intensidad y emoción a las gradas a medida que avance el partido.

En cuanto a la salud del equipo, la estrella de los Pacers, Tyrese Haliburton, minimizó cualquier preocupación sobre su estado físico para el tercer juego. Tras el entrenamiento del martes, reconoció que arrastra una molestia en la parte inferior de la pierna, pero afirmó sentirse bien y que no se verá afectado en la cancha.

Haliburton abandonó cojeando la rueda de prensa posterior al segundo partido —una derrota 123-107 en Oklahoma City— luego de anotar 17 puntos. En la práctica más reciente se le vio con el tobillo derecho vendado, pero según el entrenador Rick Carlisle, el base estrella no mostró ninguna limitación en el entrenamiento.

Y si llegaste hasta aquí esperando que te diga quién ganará el juego de esta noche, mejor compra tus palomitas, siéntate cómodo y disfruta del espectáculo. Al final, como siempre: “¡Qué gane el mejor!”