Monte Plata.– La comunidad de Sabana Grande de Boyá realizará un paro cívico pacífico este miércoles 23 de julio, como forma de presión ante el abandono de obras prometidas y la precariedad de los servicios básicos, situación que ha llevado al municipio a lo que describen como un estado de “abandono total”.

Según explicó la Comisión de Seguimiento de Obras, la paralización general se convoca luego de años de incumplimientos por parte del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), institución que, a pesar de haber recibido instrucciones directas del presidente Luis Abinader para ejecutar las obras desde 2022, mantiene los proyectos detenidos.

Las principales demandas que motivan el paro son:

            •         El asfaltado de calles que permanecen destruidas.

            •         La reconstrucción de aceras y contenes.

            •         La terminación de los tramos carreteros Sabana–Tarana y Sabana–Batey Enriquillo hasta la Autovía del Nordeste.

            •         Soluciones al desabastecimiento de agua potable en varios sectores marginados.

            •         Reducción de apagones y corrección de las fluctuaciones eléctricas que dañan equipos y afectan negocios.

Por su parte, el pastor Livio Cedeño fue enfático al afirmar que “no es justo que después de más de cuatro años tengamos el 70% de las calles destruidas. Muchas fueron intervenidas por Obras Públicas y luego abandonadas, dejándonos en el fango. Es hora de empoderarnos y exigir lo que nos corresponde como comunidad”.

El paro será de 6 de la mañana a 6 de la tarde, respaldado por organizaciones comunitarias, iglesias, transportistas, asociaciones campesinas, dirigentes políticos locales, juntas de vecinos y otras entidades sociales.

La comunidad ha realizado previamente vigilias, encendidos de velas y protestas simbólicas sin obtener respuesta oficial, adoptando ahora esta paralización como medida de presión.

Bajo la consigna “Sabana deben cerrarlo”, los organizadores llaman a la unidad del pueblo en esta jornada de lucha pacífica, señalando que “no es un reclamo de unos pocos, es el derecho de todos”.