
Obesidad: La epidemia silenciosa que amenaza la salud global
- 2025-06-20
- Autor: Katherine Matos
La educación nutricional en las escuelas, políticas públicas que regulen la publicidad de alimentos dañinos, etiquetado claro y acceso a alimentos saludables son fundamentales para contrarrestarla
SANTO DOMINGO. La obesidad, mucho más que una cuestión estética, es una de las principales amenazas a la salud pública en el mundo. Se trata de una enfermedad crónica, progresiva y multifactorial que afecta a millones de personas, con consecuencias físicas, mentales y sociales profundas.
Una cifra alarmante y en ascenso
En 2022, una de cada ocho personas en el mundo era obesa, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). La situación es particularmente preocupante si se observa la tendencia: desde 1990, la obesidad se ha duplicado con creces entre los adultos y se ha cuatriplicado entre los adolescentes.
Ese mismo año, 2,500 millones de adultos (18 años o más) tenían sobrepeso, de los cuales 890 millones eran obesos. En términos porcentuales, el 43 % de los adultos de 18 años o más tenía sobrepeso y el 16 % era obeso.
La infancia tampoco escapa a esta realidad: en 2024, 35 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso. Y en el grupo de 5 a 19 años, más de 390 millones presentaban sobrepeso, incluidos 160 millones que ya eran obesos.
¿Cómo saber si vas camino a la obesidad?
La obesidad no aparece de la noche a la mañana. Hay señales claras que pueden indicar que el cuerpo se encamina hacia esta enfermedad, muchas veces ignoradas por falta de información o por la normalización de ciertos hábitos.
Síntomas de alerta:
- Aumento progresivo del peso sin causa aparente
- Fatiga constante y dificultad para realizar actividades físicas moderadas
- Dolores articulares frecuentes, sobre todo en rodillas y espalda baja
- Ronquidos o apnea del sueño
- Aumento del perímetro abdominal
- Problemas con la autoestima y el estado de ánimo.
El Índice de Masa Corporal (IMC) es el indicador más común para detectar obesidad. Se calcula dividiendo el peso (en kilogramos) entre la estatura (en metros) al cuadrado. Un IMC entre 25 y 29.9 se considera sobrepeso, mientras que 30 o más indican obesidad.
Causas principales de la obesidad
La obesidad no es solo “comer de más”. Es el resultado de una combinación de factores:
- Dieta poco saludable, rica en grasas, azúcares y productos ultraprocesados
- Sedentarismo, favorecido por estilos de vida cada vez más inactivos
- Factores genéticos y hormonales
- Problemas emocionales, como ansiedad o depresión, que llevan a comer en exceso
- Entorno obesogénico, donde los alimentos poco nutritivos son más accesibles que las opciones saludables.
¿Cómo lidiar con esta enfermedad?
Superar la obesidad requiere compromiso, educación y apoyo multidisciplinario. No hay fórmulas mágicas, pero sí estrategias científicamente comprobadas:
- Evaluación médica. Lo primero es reconocer que se trata de una enfermedad. Consultar a un médico o nutricionista permite establecer un plan personalizado.
- Cambios sostenibles en la alimentación. Reducir el consumo de azúcares, grasas saturadas y procesados. Aumentar frutas, vegetales, proteínas magras y agua.
- Ejercicio regular. Al menos 150 minutos de actividad física moderada a la semana. No tiene que ser gimnasio: caminar, bailar, nadar, montar bicicleta.
- Salud mental. Buscar apoyo psicológico puede ser clave para quienes usan la comida como válvula de escape emocional.
- Evitar el estigma. Tratar la obesidad con empatía y respeto es vital. El rechazo social solo empeora el aislamiento y la autopercepción.
- Tratamientos médicos. En casos graves, existen opciones como medicamentos o cirugía bariátrica, bajo estricta supervisión profesional.
Prevenir la obesidad empieza desde la niñez. La educación nutricional en las escuelas, políticas públicas que regulen la publicidad de alimentos dañinos, etiquetado claro y acceso a alimentos saludables son fundamentales.
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