La disfunción eréctil (DE) es la dificultad persistente para lograr o mantener una erección suficiente para la actividad sexual. Puede originarse por causas físicas, psicológicas o por la combinación de ambas, y en muchos casos es también un reflejo de la salud general del organismo.

Entre los factores físicos más comunes se encuentran enfermedades como la diabetes, la hipertensión, la obesidad y las afecciones cardíacas, además de la disminución de los niveles de testosterona. La ateroesclerosis, que es el endurecimiento de las arterias, puede reducir el flujo sanguíneo hacia el pene y provocar este trastorno.

También algunos medicamentos utilizados para tratar la depresión o la presión arterial alta tienen como efecto secundario la disfunción eréctil. Otros detonantes pueden ser las cirugías o tratamientos médicos en la zona pélvica, así como el consumo excesivo de alcohol, tabaco o drogas ilícitas.

Los aspectos psicológicos juegan un papel importante. El estrés, la ansiedad, la depresión o los problemas en la relación de pareja afectan de manera directa la vida sexual y pueden agravar la condición.

La prevención está vinculada a un estilo de vida saludable y al control de enfermedades preexistentes. Mantener un peso adecuado, seguir una dieta equilibrada y realizar ejercicio de manera regular favorecen la circulación sanguínea y reducen el riesgo. Dejar de fumar y moderar el consumo de alcohol son medidas recomendadas, al igual que procurar un buen descanso y manejar el estrés mediante técnicas de relajación.

En el plano emocional, la comunicación abierta con la pareja y el apoyo psicológico en caso de ansiedad o depresión son esenciales para mejorar la salud sexual. A nivel médico, según experto es necesario controlar afecciones como la diabetes y la hipertensión, así como revisar los medicamentos que se consumen.

La disfunción eréctil no solo representa un desafío en la intimidad, sino que también puede ser un síntoma temprano de enfermedades cardiovasculares o metabólicas. Por eso, los especialistas recomiendan no subestimar sus señales y acudir a un profesional de la salud para obtener diagnóstico y tratamiento oportuno.