Santo Domingo, RD: Con la voz quebrada y visiblemente afectado, Juan Pablo Báez, padre de Jhon Lariel Báez, el joven acusado de disparar y causar parálisis a la niña Karla Naziel, rompió el silencio y aseguró que no busca justificar lo ocurrido.

“Desde el primer instante le dije que no debió tocar un arma”, confesó con pesar.

Según relató, el hecho se originó durante una apuesta de RD$1,600 en una pelea de “betas”. Todo se descontroló cuando los perdedores no aceptaron el resultado, y la discusión terminó en tragedia.

Juan Pablo describió a su hijo como “un muchacho meritorio en los estudios, el deporte y la música”, y dijo que este suceso ha cambiado por completo sus vidas. “Si algo tenía que pasar, era a mí, no a él”, expresó conmovido.

En una conversación exclusiva con Te lo Explico News, el padre explicó que mantenía una relación cordial con los familiares de la niña y que comprende el profundo dolor que están viviendo. “No quisiera estar en sus zapatos”, dijo, mientras afirmaba haber llevado siempre una vida ejemplar dedicada a su familia.

“Si somos sinceros, la gente puede dar testimonio de lo que digo: he tenido una vida tranquila. Mi hijo no se merece estar pasando por esto”, agregó.

También lamentó que lo hayan señalado como un padre que apoya lo mal hecho. “Esa es la infamia más grande. Yo a mi hijo lo llevaba al colegio, al play… siempre he estado para él, al 100%”, afirmó.

Desde la tragedia, asegura que su mundo se vino abajo. “Por dentro siento que todo se ha oscurecido”, confesó, al tiempo que lamentó el diagnóstico que ha dejado a la niña sin posibilidad de volver a caminar.

Aunque espera que la justicia siga su curso y reconoce que su hijo debe asumir las consecuencias de sus actos, considera que ha sido juzgado como un delincuente, no como un joven que cometió un grave error. “Mi hijo nunca tuvo la intención de quitarle la vida a nadie, pero el daño está hecho, y como familia estamos dispuestos a colaborar en todo lo necesario”, dijo.

Con lágrimas, Juan Pablo admitió que esta experiencia lo ha confrontado con su propia fragilidad: “Yo pensaba que era un hombre fuerte, pero mi hijo es mi fuente de energía”.

Al finalizar, envió un mensaje de solidaridad a los familiares de la niña. “Estoy dispuesto a ayudarla en todo. Si tengo que darle mi vida, se la doy. Yo sé que hay que enmendar ese daño”, concluyó.