
Qué tan malo podría ser comer a altas horas de la noche
- 2025-07-07
- Autor: Katherine Matos
La culpa de comer de más ronda miles de cabezas a diario, y más cuando ingieren alimentos en horas nocturnas. Otras personas, en cambio, no pueden conciliar el sueño si no sienten saciedad en el estómago. Pero, qué tan recomendable es comer a altas horas de la noche?
Lo primero a tomar en cuenta es que no es malo comer de noche, al contrario, es necesario. “Es una comida muy importante puesto que de ella depende que no haya un ayuno tan grande entre la merienda de la tarde y el desayuno del día siguiente. Así mismo, evita que se baje el índice de azúcar en la sangre y finalmente que cuando los jugos gástricos lleguen al estómago y no encuentren alimento, empiecen a generarse gastralgias y ulceraciones”, señala la nutricionista Juliana Mejía Muñoz, CEO de Nutribienestar.
Otra información importante es que la cena no tiene una hora específica. No tiene que ser a las 7, 8 o 9 de la noche. Depende, más bien, de la hora en la que vas a la cama para dormir. “Debería ser con un mínimo dos horas antes de acostarse, a fin, de evitar el reflujo y que los alimentos no puedan hacer su debida digestión”, afirma la especialista.
Entonces la pregunta que puedes estar haciéndote ahora es si puedes comer cualquier tipo de alimento y justo en la respuesta está el secreto para que no aparezca la gastritis o el reflujo. Para la doctora Mejía Muñoz todos convienen, pero si lo que quieres es evitar subir de peso, para esa última hora del día deja de lado las frutas, carnes rojas y azúcares refinados como los postres.
“Lo que sucede es que las frutas, a esa hora, se transforman en glucosa en nuestro cuerpo y esos carbohidratos al no ser consumidos, se depositan en áreas adiposas. En cuanto a las carnes rojas su concentración enzimática llega a ser muy difícil de digerir y es cuando viene esa sensación de pesadez”, resalta la nutricionista.
Para lo que podríamos llamar una cena fit, puedes incluir hortalizas crudas, verduras cocidas y proteínas ligeras como el pollo o los pescados blancos sin remordimiento. Si tienes que trabajar o estudiar hasta tarde y crees tener la excusa perfecta para consumir un pancito, un buen pedazo de carne de res o algún licor, caerás en el error más frecuente y no te gustará lo que verás en la balanza días después.
“No por tener una actividad demandante energéticamente hay que comer lo que no es correcto. Ingerir dulces o grasas saturadas, o carbohidratos de alta densidad solo va a disminuir la calidad de la energía requerida. Si la actividad demanda muchas más horas de las normales, se recomienda el consumo de proteínas ligeras como el pollo, atún, queso o yogures”, concluye la nutricionista.
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