Redacción. Un tribunal laboral en Edimburgo (Escocia, Reino Unido) ordenó indemnizar con 34,100 dólares (25,254 libras esterlinas) a Maureen Howieson, de 64 años, tras determinar que fue víctima de un ambiente laboral hostil en la clínica dental Great Junction Dental Practice, donde trabajó durante más de una década.

El fallo, divulgado este viernes por el periódico The Telegraph, establece que Howieson fue objeto de un comportamiento “grosero, aislante, acosador y menospreciador” por parte de su compañera de trabajo Jisna Iqbal, terapeuta dental contratada en julio de 2024.

Un trato humillante y despectivo

La sentencia recoge que Iqbal solía ignorar a Howieson, poner los ojos en blanco al dirigirse a ella, dejar de hablar cuando entraba en una sala y negarse a realizar tareas asignadas. En una ocasión, se negó a limpiar un área del baño alegando ser dentista, lo que obligó a la denunciante a hacerlo personalmente tras quedarse hasta tarde.

El tribunal consideró probado que estas actitudes afectaron gravemente la estabilidad emocional de la empleada, quien sufrió ataques de pánico, estrés laboral y llegó a sentirse “reducida a ser limpiadora”, según declaró en audiencia.

Incumplimiento contractual y despido improcedente

La situación se agravó cuando Howieson recibió un salario inferior al que le correspondía y, a pesar de haber presentado quejas al propietario del consultorio, Dr. Fary Johnson Vithayathil, sus preocupaciones no fueron atendidas.

El juez laboral Ronald Mackay concluyó que el centro odontológico incurrió en múltiples incumplimientos repudiables del contrato y que la falta de acción frente a las denuncias de la trabajadora constituyó un despido improcedente.

“Se trató de una conducta claramente inaceptable, de la cual la clínica estaba al tanto, y no hizo nada para detenerla a pesar del evidente sufrimiento causado”, sentenció Mackay, subrayando que el comportamiento hostil era suficiente por sí solo para justificar la renuncia de Howieson tras 40 años de carrera en el sector.

Renuncia tras una larga trayectoria

Howieson había trabajado en la clínica como recepcionista y enfermera dental sénior desde 2008, pero finalmente renunció en 2024 luego de sentirse desplazada y acosada en su puesto. La llegada de Iqbal, que asumió funciones administrativas durante una baja médica de la veterana trabajadora, marcó el inicio del conflicto laboral.

El caso ha reabierto el debate en el Reino Unido sobre el acoso laboral sutil y las obligaciones de las empresas de garantizar ambientes de trabajo saludables, más allá de los conflictos explícitos.