Santo Domingo. Según varios análisis y estudios, el sistema educativo dominicano es de baja calidad.  La República Dominicana se colocó en la posición 77 de 81 países evaluados en el ranking general del informe del Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA) 2022, y aunque avanzó cuatro lugares en comparación con 2018, aún se encentran entre los peores puntuados.

Desde esta perspectiva, se han sugerido políticas y acciones para mejorar la cobertura y calidad de la educación inicial, básica y media en el país durante años, y este martes el actual ministro de Educación, Luis Miguel De Camps, presentó para estos fines un ambicioso plan de transformación del sistema educativo dominicano. 

La hoja de ruta 2025–2028 se articula en cinco ejes: aprendizaje real desde el aula, empleabilidad juvenil, inclusión sin excusas, formación en valores y ciudadanía, y descentralización con transparencia.

Este esquema pone énfasis en la calidad del aprendizaje, la eficiencia del gasto público y la corresponsabilidad de todos los actores sociales.

Bajo el lema «Educación: reto de todos», De Camps reconoció que, pese al aumento sostenido de la inversión desde la implementación del 4% del PIB en 2012, persisten graves desafíos en cobertura, permanencia escolar y calidad del aprendizaje. «El reto no está solo en cuánto invertimos, sino en cuánto avanzamos», afirmó.

La intervención marcó el inicio oficial del programa «Infraestructura 24/7», que reactiva la Dirección de Infraestructura Escolar como un ente ejecutor con autonomía y metas claras, tras un decreto aprobado pero inoperante desde 2023.

La medida busca agilizar la respuesta ante el deterioro de las plantas físicas escolares y recuperar la confianza en los procesos de construcción educativa.

Entre las medidas inmediatas ya puestas en marcha, el ministro destacó la activación del banco de docentes elegibles, la implementación de un sistema de evaluación del desempeño docente, el fortalecimiento del transporte escolar y la expedición de actas de nacimiento digitales desde las escuelas. También el fortalecimiento de la formación técnico-profesional, garantizar alfabetización funcional en primaria y ampliar la cobertura en educación inicial y de adultos.

De Camps dirigió un llamado a la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) para respetar el calendario escolar, tras denunciar que en algunas regiones se ha perdido hasta el 25% de los días lectivos. «La educación no puede ser rehén de conflictos», advirtió.

El ministro no propuso un nuevo pacto educativo, sino el relanzamiento del ya firmado, esta vez con foco en la calidad. «El Pacto Educativo no es un papel del pasado. Es un acuerdo vivo», sostuvo.

Además, anunció una próxima reunión con la Sociedad Dominicana de Diarios para involucrar a la prensa como veedora activa de los avances.

La presentación concluyó con una invitación abierta a toda la sociedad: «Hoy no presentamos una promesa. Presentamos una responsabilidad». De Camps insistió en que el éxito educativo del país no depende solo del gobierno, sino de un compromiso compartido.