La Organización de las Naciones Unidas, a través del Programa Mundial de Alimentos (PMA), solicitó US$46 millones para los próximos seis meses, con el objetivo de atender a más de dos millones de personas en Haití que enfrentan niveles críticos de hambre, en medio de una creciente crisis humanitaria agravada por la violencia de pandillas, el desplazamiento forzado y el colapso institucional.

El llamado fue realizado por Lola Castro, directora regional del PMA para América Latina y el Caribe, tras una visita al país caribeño. La funcionaria detalló que unos 8,500 haitianos se encuentran en la fase 5 del IPC, el nivel más grave de la Clasificación Integrada de Fases de Seguridad Alimentaria, lo que indica una hambruna catastrófica, donde al menos una de cada cinco personas o hogares carece totalmente de acceso a alimentos y enfrenta hambre severa, miseria y muerte.

Haití se posiciona así entre los únicos cinco países del mundo que actualmente registran personas en esta categoría extrema de hambre, lo que Castro calificó como “dramático” en el contexto del hemisferio occidental.

La violencia y el colapso político como detonantes

Desde el asesinato del presidente Jovenel Moïse en 2021, las pandillas han ganado terreno y controlan actualmente cerca del 85% de la capital haitiana, extendiendo su influencia a otras regiones. Esta situación ha desplazado a más de un millón de personas, y ha dejado a 5.7 millones de haitianos en necesidad urgente de asistencia alimentaria.

A pesar del despliegue de una misión internacional liderada por Kenia, la falta de personal y recursos ha limitado la capacidad de respuesta ante la violencia. Al mismo tiempo, el PMA enfrenta recortes en su financiamiento, principalmente desde Estados Unidos, lo que ha reducido drásticamente su margen de acción.

Sin reservas para enfrentar emergencias

Castro advirtió que la organización ya no cuenta con reservas de alimentos para responder a emergencias como desplazamientos masivos o la inminente temporada de huracanes. “Comenzamos la temporada con los almacenes vacíos y sin efectivo disponible para comprar alimentos localmente”, señaló, subrayando que una sola tormenta podría desencadenar una nueva catástrofe humanitaria.

Hasta marzo de este año, el PMA había asistido a 1.3 millones de personas usando fondos remanentes de 2023. Sin embargo, sin nuevos recursos, la asistencia se verá severamente limitada.

Niños en riesgo y colapso de programas sociales

Uno de los pilares del PMA en Haití es el programa de alimentación escolar, que proporciona una comida diaria a 500,000 niños. Sin recursos adicionales, esa cobertura se reducirá a la mitad. Además, los programas de protección social en los campamentos de desplazados quedarían desmantelados si no se reciben los fondos solicitados.

Con los 46 millones de dólares solicitados, el PMA espera continuar sus operaciones para cubrir las necesidades básicas de los dos millones de haitianos más vulnerables, mantener las comidas escolares y sostener programas sociales críticos.

Castro insistió en que Haití no puede ser ignorado por la comunidad internacional: “Realmente necesitamos detener esto y mantener la línea contra el hambre. Seguimos llamando a la comunidad humanitaria para que brinde apoyo”, enfatizó.

La solicitud de emergencia busca evitar que el país caiga aún más profundo en una crisis de la que será difícil recuperarse. Mientras tanto, la amenaza de hambruna y el abandono institucional se ciernen sobre millones de haitianos, cuya supervivencia depende ahora de la acción internacional inmediata.