En un país atrapado por la violencia y el colapso institucional, la reanudación de los vuelos nacionales en Haití representa un modesto pero significativo avance. Por primera vez en siete meses, un avión comercial despegó desde la capital haitiana con destino a Cap-Haitien, marcando el reinicio parcial del transporte aéreo en medio del dominio de las pandillas sobre gran parte de Puerto Príncipe.

El vuelo, operado por Sunrise Airways, partió desde la terminal nacional Guy Malary con 19 pasajeros a bordo, muchos de ellos emocionados por volver a ver a sus familias o retomar compromisos laborales interrumpidos por la crisis. Para personas como James Jean-Charles, quien no había podido viajar desde hacía más de un año, el vuelo significó reencontrarse con sus padres y primos en la ciudad norteña. “El país está infestado de pandillas. No se puede ir por carretera”, dijo, haciendo referencia al control territorial que impide incluso el desplazamiento terrestre.

La reactivación del transporte aéreo local es, hasta ahora, limitada. No hay una fecha definida para el restablecimiento de los vuelos internacionales, suspendidos desde noviembre pasado cuando el aeropuerto Toussaint Louverture fue blanco de ataques armados. En uno de los incidentes más graves, un vuelo de Spirit Airlines fue impactado por disparos mientras se disponía a aterrizar, dejando herido a un asistente de vuelo. Desde entonces, aerolíneas como JetBlue, American Airlines y la propia Spirit suspendieron operaciones, sin señales claras de regreso.

A pesar de que la terminal internacional fue reabierta en diciembre, no se habían realizado vuelos comerciales hasta este reciente avance doméstico. Mientras tanto, la terminal Guy Malary se ha convertido en un punto de actividad inusual: los pasajeros esperan rodeados de comerciantes, taxistas y cambistas informales. «Esto está muy bien», dijo Marc Jean-Baptiste, taxista que no podía sustentar a su familia desde que cesaron los vuelos.

Las condiciones de seguridad en Haití siguen siendo críticas. Se estima que más del 85% de Puerto Príncipe está bajo control de federaciones criminales que bloquean caminos, extorsionan y atentan contra la infraestructura del Estado. No obstante, el retorno del tráfico aéreo nacional es visto como un pequeño paso hacia la recuperación operativa del país, aún lejos de un verdadero restablecimiento institucional.

El reto, sin embargo, permanece: reactivar plenamente el transporte aéreo requiere no solo infraestructura y logística, sino garantías mínimas de seguridad para las aerolíneas y los pasajeros. Hasta entonces, los vuelos locales como el que acaba de despegar seguirán siendo excepciones valiosas en medio de un panorama incierto.