El mercado laboral de Estados Unidos continúa dando señales de fortaleza, pero con una notable moderación. En mayo se generaron 139,000 nuevos empleos, una cifra que supera ligeramente las expectativas del mercado, pero representa una baja respecto a abril, cuando se registraron 147,000 puestos nuevos. La tasa de desempleo se mantuvo estable en 4.2%, según los datos divulgados por la Oficina de Estadísticas Laborales.

Aunque los números siguen siendo positivos, el panorama que pintan los analistas es el de una economía que se mueve con más cautela. Las previsiones apuntaban a la creación de 130,000 empleos, por lo que el resultado es mejor de lo anticipado. Sin embargo, la tendencia marca un ritmo de contratación más lento, en un entorno donde las decisiones empresariales se ven afectadas por factores externos.

Incertidumbre política y arancelaria golpea la confianza empresarial

Uno de los elementos clave que contribuye al enfriamiento del mercado laboral es la incertidumbre económica derivada de las políticas comerciales del expresidente Donald Trump. La aplicación errática de aranceles a las importaciones ha generado un entorno impredecible para las empresas. Muchas, tanto grandes como pequeñas, se enfrentan al desafío de planificar operaciones sin claridad sobre los costos futuros, lo cual limita su capacidad de inversión y expansión.

La situación ha sido particularmente difícil para las pequeñas empresas, que tienen menor margen de maniobra. Mientras tanto, importantes compañías que cotizan en bolsa han suspendido sus proyecciones de ganancias, dejando a analistas e inversores sin puntos de referencia claros.

Pese a estas tensiones, la economía estadounidense no ha mostrado signos de colapso. El crecimiento económico sigue siendo sólido, con buena parte del impulso del año pasado manteniéndose durante la primera mitad de este año. La contratación se desacelera, sí, pero los despidos se mantienen bajos, lo que indica que las empresas no están reduciendo personal de manera significativa.

Expertos como Ger Doyle, presidente regional de ManpowerGroup, describen la situación como un «enfriamiento temporal», no un estancamiento. En palabras suyas, “los empleados siguen en sus puestos, los empleadores se mantienen firmes y todos esperan señales más claras”.

Este clima de espera refleja una economía que se mantiene a flote, aunque con la mirada puesta en cómo se resolverán las tensiones comerciales y la incertidumbre política en los próximos meses.