La desaceleración de las exportaciones chinas y la fuerte caída en el comercio bilateral con Estados Unidos evidencian los efectos de la prolongada guerra comercial entre ambas potencias. El crecimiento general de las exportaciones del gigante asiático fue de apenas 4.8% interanual en mayo, por debajo del 6% previsto y del 8.1% registrado en abril. Mientras tanto, las exportaciones hacia EE.UU. se desplomaron un 34.5%, y las importaciones desde ese país cayeron un 18%, en medio de un contexto geopolítico marcado por sanciones, restricciones tecnológicas y presiones mutuas.

Este retroceso en el comercio entre las dos mayores economías del mundo llega justo antes de una nueva ronda de negociaciones que se celebra en Londres, con la intención de prolongar la tregua arancelaria pactada hace un mes en Ginebra, la cual suspendió temporalmente algunas tarifas.

Enfriamiento comercial

El superávit comercial de China se situó en 103,200 millones de dólares, mientras que las importaciones cayeron un 3.4%, una señal adicional de debilidad tanto interna como externa. La presión sobre la economía china no solo se refleja en el comercio exterior: el índice de precios al consumidor cayó un 0.1%, acumulando su cuarto mes en negativo, y el índice de precios al productor retrocedió un 3.3%, el peor dato en dos años. Esta combinación refleja signos de deflación y escasa capacidad de recuperación del consumo interno.

Relación bilateral bajo tensión

Las relaciones comerciales entre China y Estados Unidos siguen marcadas por desconfianza. Washington acusa a Beijing de incumplir lo pactado en Ginebra, mientras que China pide “corregir el rumbo del gran barco” de la relación bilateral, en palabras del presidente Xi Jinping.

En juego están no solo los aranceles, sino también disputas sobre semiconductores, minerales estratégicos y limitaciones educativas a estudiantes chinos. En este escenario, las tierras raras —materiales cruciales para la tecnología— se perfilan como uno de los puntos más sensibles de la negociación. China exportó 5,865 toneladas en mayo, una cifra mayor que en abril pero menor que hace un año, reflejando su valor estratégico.

Diversificación exportadora como salvavidas

Pese a la caída en el comercio con EE.UU., China logró compensar parcialmente gracias a un alza de 14.8% en sus exportaciones hacia el sudeste asiático y de 12% hacia la Unión Europea, lo que ha ayudado a mantener a flote sus cifras globales. Economistas señalan que las empresas chinas adelantaron pedidos para evitar nuevas tarifas, lo cual también explica el repunte de abril y la desaceleración en mayo.

En la reunión en Londres, China estará representada por el viceprimer ministro He Lifeng, mientras que la delegación estadounidense incluye al secretario del Tesoro, Scott Bessent. El presidente Trump aseguró que el encuentro “debería ir muy bien”, aunque persisten dudas sobre el cumplimiento de los acuerdos y la posibilidad de una solución a largo plazo.

El Reino Unido, anfitrión del encuentro, ha evitado involucrarse directamente, pero expresó su respaldo a las negociaciones y su rechazo a una guerra comercial prolongada. Por ahora, la tregua tiene una duración de 90 días, con reducciones arancelarias temporales que podrían ser revertidas si no se llega a un nuevo consenso.